Mejores momentos | Programa 5

Mar culpa al alcohol de haber terminado en una silla de ruedas

Mar confiesa que solo quiere vivir tranquila: “Si no dejo de beber posiblemente la siguiente pancreatitis acabe conmigo”.

Mar tiene 40 años y un día fue al hospital porque se encontraba muy mal y pensaba que era un simple dolor de estómago, estuvo ingresada y cuando le iban a dar el alta se levantó de la cama y se desplomó en el suelo. El diagnóstico fue terrible: Le diagnosticaron pancreatitis seguida de la parálisis, algo que le termina afectando al equilibrio de piernas y de brazos.

La causa fue un consumo muy excesivo de alcohol. Tras su ruptura del padre de su hija, un día Mar se cayó porque no quería medicarse y a menudo lo mezclaba con alcohol. “El alcohol tiene toda la responsabilidad de lo que me ha pasado”. Siente que ha decepcionado a su familia y a ella misma.

Isabel, su hermana, se siente culpable por no haber estado a la altura de la situación y de no haberla apoyado cuando más lo necesitaba. Lo que más le duele es no poder ser capaz de perdonar a Mar de muchas cosas dolorosas que le ha dicho y que le retumban en la cabeza.

Mar quiere, además, dejar de beber: “Si no dejo de beber posiblemente la siguiente pancreatitis puede acabar conmigo”.

El ingreso de Mar en un centro puede ser clave para su recuperación definitiva

Mar tiene que dar un giro a su vida, pero es un cambio tan duro como necesario para que su recuperación pueda hacerse realidad.

Mar ingresa en un centro especializado para recuperarse tanto a nivel físico como psicológico. Es un proceso lento, pero tiene todas las esperanzas en que va a conseguir salir de ese pozo sin fondo.

Estaba totalmente aislada, no podía ver a su familia y reconoce que ha sido duro.

[H3:Mar: “Cuando ya has tocado fondo tienes que tomar este tipo de decisiones”]]

La primera vez que se puso de pie, reconoce que fue un llanto de alegría y veía cada vez más cerca su recuperación completa.

Cuando Mar aparece en plató, ha dado un cambio radical tanto física como mentalmente. Ahora tiene una perspectiva de la vida mucho más positiva y optimista. Reconoce que ha valido la pena el ingreso en el centro a pesar del cambio de vida tan radical. “Al final ha sido una de las mejores decisiones de la vida”.

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