La víctima se refería a su casero como "el siniestro"
Adriana, la presunta víctima del descuartizador de Majadahonda, llevaba residiendo en España 10 años y tenía una vecina que era su amiga de confianza, Lola. "Era muy simpática y buena, gente que ves que ves con buen corazón", ha relatado a espejo Público. "No se fiaba de él (el casero) y me decía que era una persona siniestra y rara".