Víctima de desahucio, mayor y con discapacidad: "Que me tiren la casa conmigo dentro"

Loreto, mujer mayor, lleva 17 años viviendo en su casa en Almería, construida con el dinero fruto de su esfuerzo y trabajo.

Ella se siente estafada, asegura que desde el Ayuntamiento, en la provincia de Almería, dieron el visto bueno para construir. Además también afirma que el entonces alcalde, ahora fallecido, le habría dado garantías de regularizar la situación vivienda, que se construiría en terreno no urbanizable, asegurado que su casa no sería demolida ni ella desahuciada.

La mujer, de 78 años, tiene reconocida una discapacidad del 38%. Actualmente sólo tiene como ingresos la pensión de 873€, y pese a sus condiciones médica y de edad, Loreto habría estado trabajando hasta hace bien poco limpiando casos y en una "empresa de personas con discapacidades", como ella asegura.

"Toda mi vida trabajando para tener la única casa que tengo, no tengo otra. Esta es mi vivienda habitual".

Actualmente un juzgado había emitido una orden de desahucio contra Loreto y de demolición de la construcción, donde la mujer cuenta lo que ha vivido en la casa en todo ese tiempo: "todas las ilusiones de mis hijos, las celebraciones de cumpleaños, de sus nietos [...]"

"No tengo donde ir"

Loreto se emociona ante la situación que explica, asegura estar "totalmente destrozada" y que no podría afrontar un alquiler dado que "son carísimos en Almería". Entre lágrimas dice sentir quedarse "en la calle igual que un perro, después de haberme gastado todos los ahorros de mi vida en esta casa".

Condenada a prisión

Visiblemente alterada, Loreto admite haber sido condenada a pagar una multa de 6.000 euros así como a un año de prisión, que no habría tenido que cumplir al no tener antecedentes penales.

"Mi vida ha sido un infierno en lo referente a la casa esta"

Ninguna garantía

Sorprende que la vivienda cuente con todos los servicios de agua, luz o gas; así como que se encuentre al corriente de pagos de impuestos como el IBI o el de recogida de basuras. Aun así, desde el ayuntamiento habrían comunicado que no podrían proporcionarle ninguna alternativa o solución habitacional, sólo que una vez se ejecute el desalojo, su situación quedaría en manos de los servicios sociales. Lo desesperado de la situación que estaría viviendo Loreto le habría llevado a pensar en varias ocasiones en el suicidio.