Desalojo burdel

Los vecinos del burdel de Delicias, al límite: "Funciona de día y de noche, es un desastre, una distribuidora de droga"

El propietario del edificio de Delicias convertido en un burdel contrata a una empresa de desokupación para intentar desalojar a su actual inquilino. Asegura que no paga el alquiler desde hace once meses y que lo ha convertido en un lugar donde se ejerce la prostitución.

"Funciona de día y de noche. Están todos los pisos ocupados por varias chicas. Esto es una distribuidora de droga". Es lo que llevan soportando durante años los vecinos que viven al lado de un burdelinstalado en un edificio del Paseo de las Delicias, en Madrid. Se trata de un bloque de siete plantas que en un principio el propietario lo puso en alquiler como apartamentos turísticos. Al cabo del tiempo lo dejó en manos de una persona, que a día de hoy le debe de alquiler aproximadamente 100.000 euros y a su vez, asegura el propietario, lo ha convertido en un lugar donde se ejerce la prostitución.

Al parecer, el actual inquilino subarrenda los pisos a varias mujeres, las cuales le pagan 2000 euros mensuales por cada una de las viviendas.

Los vecinos han contado al programa Espejo Público, ocultando su rastro por miedo a los proxenetas, que llevan ya mucho tiempo conviviendo con esta situación, con un edificio donde no solo se ejerce la prostitución sino que también se vende droga. "Venden cocaína, el fentanilo y demás drogas", asegura uno de ellos.

"Mucho escándalo, mucho ruido, se pelean..."

María es también una de las vecinas afectadas. A su puerta incluso han llamado alguna vez confundiéndose los clientes del burdel. Ella junto al resto de vecinos aguanta peleas, gritos y diversos altercados a diario.

Ahora, el propietario ha tomado una decisión: contratar a una empresa de desokupación para echar al inquilino de la vivienda y evitar que se siga ejerciendo la prostitución. La empresa Desokupa ha estado esta mañana en el edificio. "Las chicas son las primeras víctimas porque estas señoritas están pagando un alquiler. Yo no voy a frenar el paso a ninguna chica. Aquí el sinvergüenza es este tío y yo monto el control de acceso a la propiedad para ver si tiene la poca vergüenza de presentarse aquí", aseguraba Daniel Esteve de Desokupa ante los medios.

La empresa ha conseguido, de momento, controlar que no accedan clientes al edificio.