Encarcelado en Irán

Santiago Sánchez, el español encarcelado en Irán: "Mi fallo quizás fue fiarme de todo el mundo. Estoy preparado para lo peor"

El español que emprendió un viaje solidario y fue encarcelado en Irán acusado de espionaje nos atiende por teléfono desde la prisión de Erin, una de las cárceles más duras y salvajes de Irán, donde lleva justo 13 meses encarcelado.

La guerra entre Hamás e Israel, y el posible papel que pueda jugar Irán que amenaza con entrar en el conflicto, tiene una derivada muy personal para los amigos y familiares de Santiago Sánchez, el español encarcelado en Irán. En Espejo Público hemos podido hablar directamente con él.

Su historia

En enero de 2022 emprendió una ruta solidaria recogiendo basura, plásticos y plantando árboles. Un viaje que tenía como objetivo llegar a Qatar como destino final, para el Mundial. El 2 de octubre de 2022 entra en Irán. El país está sumido en ese momento en el caos por las protestas contra la muerte de la joven Mahsa Amini, a manos de la policía de la moral, por llevar mal colocado el velo. Lo último que sabe la familia y amigos de Santiago es que entra a Irán en esa fecha, y le pierden la pista. Durante semanas le dan incluso por muerto, hasta que el 25 de octubre de 2022 tienen conocimiento de que está encarcelado, acusado de espionaje.

Hablamos con Santiago

Jorge es amigo íntimo de Santiago y habla por teléfono prácticamente a diario con él: "Todo el mundo sabe que no es un espía, incluido ellos también". La conversación telefónica con Santiago es muy emotiva y nos da idea de la fortaleza mental que tiene y de su enorme bondad.

Santiago habla con total sinceridad: "Dicen que soy espía. Yo soy un turista, pero a día de hoy creo que es una trampa porque me recogió un chico iraní, con idea de hospedarme y tratarme con un invitado, y me llevó directamente a la tumba de la chica que falleció. Hicimos unas fotos con mi teléfono y me dicen que tengo una fotos que se ve un edificio militar, y que hace años pasé por un país que no se lleva muy bien con este… Me da miedo hasta decir el nombre. Mi fallo quizá fue fiarme de todo el mundo. Quizá fue creerme invencible. Estoy preparado para lo peor, y si tengo que estar más tiempo aquí, estaré".

“Me recogió un chico iraní, con idea de hospedarme y tratarme con un invitado, y me llevó directamente a la tumba de la chica que falleció”

Santiago reconoce que "cuando me hicieron la primera visita desde la embajada, yo no tenía absolutamente nada. No tenía ni calzoncillos, ni desodorante, ni cortaúñas, nada. Cuando me dijeron qué necesitas, les dije que necesitaba un abrazo". Santiago no se olvida de los que no le han abandonado: "Yo estoy viviendo un poco mejor gracias a mis amigos y familiares y gente que se ha enterado, que me ayudan con dinero pues para esta misma llamada que es muy cara porque es una llamada internacional, para comprar comida, para poner una lavadora y no tener que ducharme con la ropa".

“Cuando me encerraron en la celda pequeña, metí la mano debajo del agua, rompí el cepillo de dientes y con los resquicios pensé en cortarme las venas”

Durante la llamada, su amigo Jorge se emociona oyendo a Santiago: "Claro, es que hay mucho detrás. Hay mucho, mucho. Cuando me encerraron en la celda pequeña, metí la mano debajo del agua, rompí el cepillo de dientes y con los resquicios pensé en cortarme las venas. Por eso Coque se emociona, porque hay mucho detrás".

De hecho Jorge nos reconoce que en estos momentos lo que más le preocupa es que Santiago "haga alguna tontería". Y agradece el trabajo del embajador, que hace todo lo que puede, pero "no es suficiente". Reconoce que su amigo pudo pecar de imprudente "pero es inocente". Pide que no se olvide su caso y a quien tenga la llave para sacarle de allí, que no se olviden que hay un español inocente encerrado en Irán.