FRANCISCO MARCO, DIRECTOR DE MÉTODO 3
"Sánchez Camacho quería una prueba contra los Pujol por si tenía que usarla"
Francisco Marco, director de la agencia de detectives Método 3, acaba de publicar "El Método" un libro en el que destapa todos los secretos de uno de los casos de espionaje político más sorprendente de los últimos tiempos en el que se vio envuelta la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez Camacho y la ex de uno de los hijos de Jordi Pujol.
Se trata de uno de los casos de espionaje más controvertidos de los últimos años en nuestro país. La comida que en el restaurante barcelonés de La Camarga mantienen Alicia Sánchez Camacho y una ex pareja de uno de los hijos de Jordi Pujol se ha convertido en una pesadilla para sus protagonistas con un trasfondo político.
Francisco Marco, director de la agencia Método 3 ha escrito un libro llamado "El Método" en el que desvela todas las claves de esta trama. "Alicia Sánchez Camacho, como siempre, habla sin saber de lo que habla. No se ha leído el libro y habla sobre el libro. Yo no lo conozco de nada", ha declarado a Espejo Público. "Ella tenía un amigo personal que sí me conoce a mí y conoce nuestra agencia y que símplemente nos pidió una grabadora".
La presidenta del Partido Popular en Cataluña, declaró hace pocos días en el plató de Espejo público que era "falso" que hubiera encargado las escuchas a la ex pareja de Jordi Pujol en la Camarga. Pero según Francisco Marco, "Sánchez Camacho quería una prueba contra los Pujol por si tenía que usarla".
En "El Método", el libro escrito por Francisco Marco, este relata con detalle las presiones a las que fue sometido tras aquella famosa comida. "Me advirtieron por teléfono: Salva a Alicia o te callaremos. Cuando estaba con mis abogados, mi mujer me llamó diciéndome que se habían presentado 16 policías en casa para detenerme. Me han tenido cinco meses vigilado y controlado. Se me ha ido a destrozar de una manera brutal".
Marco asegura que Sánchez Camacho "me pidió asumir una ilegalidad que yo no he cometido. Cuando los abogados llegaron a un acuerdo, yo admito una culpa civil, que no penal, y ella me levanta la daga penal que estaba mantenendo a través de la Policía. Sorprendentemente al día siguiente cambia de opinión y yo decido que este libro tiene que ver la luz".