Toxicidad

Los riesgos de consumir setas tóxicas: "Nada más ver los níscalos noté que no eran comestibles"

Al pasar por el escaparate de su frutería de confianza Mercedes vio una caja de níscalos, su apariencia le delató que eran tóxicos a simple vista.

En tiempo de setas muchos consumidores se echan al mercado en busca de este alimento tan codiciado. Los expertos avisan de la importancia de comprar un producto de calidad y asegurarnos de que no es un sucedáneo que podría ser no comestible. El níscalo comestible tiene un color distinto a los que no lo son, el venenoso es más oscuro. El problema viene si te lo comes troceado y cocinado, entonces es imposible saberlo.

Centenares de kilos se requisan a diario y se venden de forma fraudulenta, pueden provocar problemas de gastro e incluso la muerte. Como claves para saber si estamos ante un alimento comestible está el observar su forma, la estructura de su tronco y la sustancia que suelta al ser arrancada. Los expertos dicen que esta seta sangra al ser arrancada expulsando un líquido rojo.

Las licencias permiten recoger un máximo entre 3 y 6 kilos

Cada vez más personas se apuntan a la recogida de setas, por lo que este mercado se está regulando ante las prácticas ilegales. Las licencias permiten recoger un máximo de 3 a 6 kilos de consumo propio pero grupos organizados arrasan los montes. En Soria las autoridades han incautado más de 2.300 kilos, en La Rioja 400. No cualquier vendedor puede distribuirlas, para vender productos micológicos es necesaria una autorización.

"Muchas veces el frutero no tiene conocimientos para diferenciar una seta comestible de otra que no lo es"

Mercedes Llorente es profesora se la sociedad micológica de Pozuelo de Alarcón (Madrid). Cuenta que recientemente pasó por la puerta de la frutería y vio una caja llena de setas. No necesitó acercarse para darse cuenta de que no eran níscalos. "Tenían distinto color a los comestibles y se veía a simple vista", señala.

Explica que este es un tipo de seta que no se comercializa, por eso tenía un precio tan bajo la que encontró en la frutería y cree que el frutero no tiene conocimientos. "Estaban vendiendo una seta que no es comestible y estaban engañando a la gente. Cree que uno de los problemas es que la gente que vende setas no está preparada para ello y debería tener más conocimiento".