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Una reconstrucción completa de las horas previas a la muerte de Asunta

Ocho cámaras de seguridad de Santiago de Compostela permiten reconstruir fielmente los movimientos de los padres de Asunta el sabado 21 de septiembre, el fatídico día de la muerte de la joven.

La primera cámara que analizan los investigadores es la de la sucursal bancaria que hace esquina entre las calles doctor Teixeiro y República Argentina. A las 5 y 21 graba a Asunta caminando sola hacia su casa sin síntomas de sedacion. Pero esta imagen demuestra una mentira. La que Alfonso Basterra repitió ante el juez asegurando que madre e hija se habían ido juntas. Sin embargo, Rosario no aparece en la imagen hasta siete minutos después, constatando las sospechas de los investigadores.

A las seis y doce minutos de la tarde, la cámara de la joyería "Jael" registra el momento en el que Rosario Porto llega caminando al garaje de la calle General Pardiñas, donde vivían sus padres y donde guarda su vehículo. Dos minutos más tarde, vemos por primera vez el Mercedes 190E de color verde saliendo del parking. A las seis y cuarto, Rosario conduce por la calle doctor Teixeiro, en direccion a su domicilio para recoger a Asunta. Algo que en su primera declaracion había negado. A la altura del numero 30 es grabada por la videocámara de un banco.

La misma cámara que las grabo saliendo de casa de Basterra, graba a las seis y veinte el vehículo que conduce Rosario. Para los investigadores queda probado que Asunta acompaña a su madre gracias a las imágenes de la cámara de la gasolinera de la Garulesa. Son las seis y veintidós. Tarda unos 12 minutos en llegar a la finca. A las 18:33 se desconecta la alarma, extremo que confirma la empresa de seguridad. Permanece en la casa hasta las 20.53. En el viaje de regreso, invierte 22 minutos más que en la ida, lo sabemos porque cámaras del Parlamento gallego la graban a las nueve y veintiocho. 5 minutos más tarde, el coche de Rosario entra de nuevo en el garaje y ella abandona el edificio a las nueve y 38 minutos.

Un detalle llama la atención. Si en el camino hasta su casa emplea entre dos y tres minutos y luego llama a Alfonso para preguntarle por Asunta, resulta difícil de cuadrar que a las 21:44 Basterra esté ya en la calle, pasando insistentemente una y otra vez por delante de las cáaras de seguridad buscando a su hija.  El recorrido de la pareja a través de las imágenes de seguridad termina ese día en la comisaría donde interponen una denuncia por la desaparición de Asunta. Sin sospechar que las cámaras reflejarían una realidad muy distinta de la que ellos les contaron a los agentes.

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