CON EL VACIADO DEL PANTANO DE VALMAYOR
Se reactiva la búsqueda de María Piedad cinco años después de su desaparición
A pocos días de que se cumpla el quinto aniversario de la desaparición de María Piedad, su búsqueda, nunca interrumpida por la Guardia Civil, podría sufrir un nuevo impulso. El vaciado del embalse de Valmayor ofrece la posibilidad de buscar a conciencia en su interior.
Aunque el juez que instruye el caso, lo archivó provisionalmente en 2013 por la falta de pruebas. La investigación policial no se ha detenido desde que se perdiera la pista de Maria Piedad en diciembre de 2010. Palmo a palmo los agentes revisaron cado pozo, camino o finca de la zona noroeste de Madrid. Entre las hipótesis barajadas por los agentes, está que María fue víctima de violencia machista y su ex pareja pudo deshacerse del cadáver arrojándolo al río Guadarrama o al pantano de Valmayor donde fue buscada de forma infructuosa.
Es precisamente cerca de ese río, al inicio de una via pecuaria, donde se localiza la única pista conocida hasta ahora, varias gotas de sangre pertencientes a la joven. Una zona donde el posicionamiento de los teléfonos móviles la sitúa tanto a ella como a su ex pareja durante las horas siguientes a la desaparición. Otra línea de búsqueda la señala un investigador anónimo que recuerda que, en una ocasión, Javier comentó a unos amigos que si quisiera hacer desaparecer un cuerpo le ataría las manos a una batería de coche y lo tiraría a un pantano.
Dentro de su radio de acción aquella noche se sitúa el embalse de Valmayor con más de dos millones de metros cúbicos de agua. Es el lugar perfecto para ocultar casi cualquier cosa. Ahora, unas obras de acondicionamiento de la infraestructura obliga al vaciado del pantano, ofreciendo una nueva posibilidad de encontrar algún indicio. Y es que, entre el lodo del fondo, ahora descubierto, empiezan a aflorar objetos posiblemente vinculados a delitos. Quien los arrojó a las aguas pretendía que se quedaran allí para siempre.