El problema de las cajas de medicinas: "Confundí un antidepresivo con la pastilla de la alergia"

Si tiene el colesterol alto, es muy posible que tenga en su botiquín una caja de “Atorvastatina”. Y puede ser que padezca depresión y que le hayan recetado “Fluoxetina”. Seguro que sabe cuándo tomar cada pastilla, o puede que una caja sea suya y la otra de su pareja. Más le vale estar muy atento y leer correctamente el nombre del medicamento, porque las cajas son prácticamente idénticas.

“Si alguien se confunde de pastilla le está dando mucha caña al corazón”

Acudimos a una farmacia y comprobamos que distintos medicamentos genéricos tienen un empaquetado similar, aunque sean fármacos dispares como un regulador del ritmo cardíaco y un antidepresivo. Cada laboratorio mantiene una línea de diseño con pequeños matices de color apenas apreciables. Más si se trata de personas mayores. Lorena, la farmacéutica nos describe los efectos de la “Digoxina” y el “Losartán”, con cajas similares: “el primero da potencia al corazón y el otro reduce la tensión arterial. Si alguien se confunde, le está dando mucha caña al corazón”.

“Mi abuela tomaba paracetamol creyendo que era la pastilla de la diabetes”

Lorena recuerda el caso de su abuela: durante un tiempo estuvo tomando Paracetamol cada ocho horas creyendo que tomaba la “Metformina” que regulaba su diabetes. Un caso parecido nos cuenta Nuria, una clienta de la farmacia, cuando le preguntamos si ha confundido las pastillas en alguna ocasión: “sí, lo que pasa es que por el tamaño noté que no era la misma”.

En su caso confundió un antihistamínico para la alergia con una píldora antidepresiva. “Es lo mismo… es que el envase es idéntico”, comenta una clienta. “Habría que poner aquí un color amarillo”, apunta otro. En lo que coinciden todos es en que las personas mayores lo tienen mucho más complicado para diferenciar las distintas cajas.