"Es mi primera vez": la mayoría de los ciudadanos que se acercan a Correos se estrenan en el voto postal

8,25 de la mañana. Cuatro personas esperan en la puerta de una oficina de Correos de Madrid. Todas ellas en edad de jubilación. Esperan a la apertura para ser los primeros del día en solicitar su voto por correo y no tener que hacer cola más tarde. Nos cuentan que pasarán más de dos meses fuera de su domicilio y quieren cumplir con su derecho constitucional. Por eso pedirán que los remitan las papeletas a su casa de veraneo. Para todos es su primera vez: “Nunca se habían celebrado elecciones en plenas vacaciones”, aseguran con razón. “Es una faena” nos dice otra mujer usando una expresión más gruesa pero mucho más explícita.

"Es una faena, nunca se habían celebrado las elecciones en plenas vacaciones"

8,30. Entramos en la oficina. Aquí solicitaron el voto por correo unas 50 personas en el día de ayer, un número muy elevado para una primera jornada según nos cuenta un trabajador. En otras oficinas se superaron las 150 solicitudes. A esta hora todo fluye: pedimos número en la máquina, nos dan el impreso, lo rellenamos sin tachones ni correcciones (habría que volver a completarlo si los hubiere), entregamos el sobre con el remite y el impreso y nos dan el justificante. En unas semanas llegarán las papeletas al destino que hayamos fijado, ya sea nuestro domicilio habitual o aquél donde vayamos a estar en los días previos al 23 de julio.

Las únicas elecciones celebradas cerca de las fechas vacacionales - 26 de junio de 2016- sumaron 1,5 millones de votos por correo

Como nos decían los señores de la cola, es la primera vez que se convocan unas elecciones en período vacacional. Las Generales de 2016 se celebraron cerca del veraneo más habitual, el 26 de junio. En aquella fecha se batió el récord del voto por correo: casi un millón y medio de personas, más del 4% del censo. Se prevé que en esta ocasión se supere con creces esa marca. Si quiere solicitarlo recuerde que el plazo acaba el de 13 julio.