Se han desplazado a solo 200 metros
La Policía protege a un equipo de Espejo Público tras localizar la nueva ubicación de los okupas de los narcovestuarios de San Blas
Los vecinos no descansan tranquilos, tras el cierre de los vestuarios de San Blas en los que se vendía droga en este barrio madrileño ahora la consumen y la venden en una vivienda que está a solo seis calles de allí.
El barrio de San Blas en Madrid ve como se perpetúan sus problemas con las drogas. Durante varios meses los vestuarios de una pista de fútbol sala pasaron a ser narcovestuarios. En ellos se vendía y consumía droga, como se mostró en varias ocasiones en Más Espejo. La Policía consiguió cerrarlos y expulsar de allí a las personas que los usaban de esta forma, pero se han buscado un piso okupado. Se han desplazado a solo doscientos metros, unas seis calles más allá de donde estaban para seguir haciendo lo mismo que antes.
Los vecinos tienen miedo
Un equipo de Más Espejo ha vuelto a estar en la zona y ha podido vivir de cerca el miedo que tienen los vecinos ante la situación actual. "Se pegan por la noche y de todo". "Llegando las 8 de la tarde ya no voy a la calle nunca". "Esta gente es muy mala", estas son algunas de las palabras que ha recogido el reportero Javi Fuente en la zona. Él ya vivió en anteriores visitas a ese barrio lo peligroso que era, incluso le tiraron un adoquín. El miedo en los vecinos es patente y algunos hablan de "zombis vivientes" para referirse al estado en el que salen de esa casa. En ella el tránsito de personas es habitual a todas horas del día.
Más Espejo entra en el fumadero
Javi Fuente ha podido hablar con el responsable del narcopiso y aunque al principio se puso a la defensiva ante su presencia: "Apaga la cámara, no quiero oír tonterías. No quiero que estén jodiéndome los cojones y tocándome los huevos a mí. ¿Vale?", llegó a decir. Finalmente terminó invitando a nuestro compañero a entrar para mostrar su versión y enseñarle la casa: "Aquí no se vende droga, fumamos porros, hierba", alegaba. En lo que se puede ver del interior de la casa hay varias personas sentadas en los sofás que están en un salón que no se encuentra en buen estado y está muy deteriorado. La casa tiene la luz pinchada y el portal del bloque tiene el cristal roto.
La situación en el barrio es muy complicada. Algunos vecinos no se atreven a jugar con sus hijos en plena calle y otros reconocen que la Policía va con mucha frecuencia y que responden rápidamente a sus llamadas con su presencia inmediata. Tanto es así, que un coche de Policía Nacional seguía de cerca para dar seguridad a Javi Fuente y el cámara que lo acompañaba.
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En San Blas continúan los mismos problemas, solo que el origen ha cambiado 200 metros. Antes tenían narcovestuarios y ahora un narcopiso en el que consumen y venden diferentes drogas. De una zona deportiva (los vestuarios han vuelto a tener su función original para que allí puedan cambiarse equipos) a una casa, esa es la única diferencia que ha vivido el tráfico de drogas en el barrio madrileño de San Blas.