Asesinato

Piden un nuevo análisis del cadáver de Déborah Fernández para poder identificar a su asesino

La familia de Déborah Fernández asegura que en la investigación "hay tantos errores que hacen pensar la peor de la circunstancias".

La muerte de Déborah Fernández dejó muchas preguntas sin respuestas. ¿Cómo se produjo su fallecimiento? ¿Por qué no se examinaron detenidamente las fibras halladas bajo las uñas de la víctima? ¿Por qué desaparecieron las muestras?.

La causa judicial se archivó en 2010, pero la familia de la joven nunca tiró la toalla. Durante años ha reunido más de 230.000 firmas para evitar la prescripción del delito que será efectiva en 2022. Los forenses han recomendado a la jueza la exhumación del cadáver para recabar nuevas pistas que podrían ser claves en la resolución de este caso.

Óscar Tarruella es experto en homicidios y se ha encargado de llevar a cabo una investigación paralela a la policial para descubrir nuevas pistas. Tarruella ha explicado en Espejo Público que si se exhuman los restos podría encontrarse "ADN del posible agresor, una prueba que habría sido normal y lógica realizar cuando el cuerpo se encontró".

Entonces ¿por qué no se hizo en su momento? Tarruella ha reconocido que es la pregunta que se hacen todos. "No había visto un caso así en mi vida, jamás. La investigación es terrible a todos los efectos, no solo a los policiales sino también judiciales. Es una negligencia absoluta".

Rosa Fernández, la hermana de la fallecida, siempre ha defendido que el análisis del caso no se hizo de forma correcta. La familia alega que, entre los errores cometidos, el coche del exnovio de Déborah fue registrado ocho años después de la muerte de la joven. En su momento, él afirmó que el olor nauseabundo que desprendía el maletero del vehículo se debía a que había dejado olvidada una caja de langostinos en el interior. "Hay tantos errores que hacen pensar la peor de la circunstancias".

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