SE HAN CREADO HASTA 80 NUEVOS IMPUESTOS
Pagamos cuatro veces más impuestos autonómicos que estatales
Pagamos cuatro veces más impuestos autonómicos que estatales. En los últimos años, las Comunidades Autónomas han creado cerca de 80 figuras impositivas. Hemos hecho un recorrido por la España de los impuestos, algunos un tanto disparatados.
Se dispara el descontrol de las Comunidades Autónomas en materia tributaria. Desde su constitución, han creado más de 80 figuras impositivas. Y no se trata de tasas o precios públicos, sino de impuestos puros y duros. La lista afecta a casi todos los sectores. El año pasado se crearon una nueva decena de impuestos, una cifra alarmante, teniendo en cuenta que la Administración central del Estado cuenta en estos momentos con alrededor de 20 impuestos diferentes, la cuarta parte de los que han nacido al calor del actual sistema autonómico. ¿Por qué existen tantos tributos y sobre todo tan disparatados? La respuesta es muy sencilla, la ley impide que las Comunidades Autónomas dupliquen impuestos que ya existen en el Gobierno central y Ayuntamientos por tanto tienen que crear tributos nuevos y propios. De esta forma, se sacan de la manga muchas tasas sin sentido, absurdas y con escasa recaudación.
Este es un recorrido por el mapa de los impuestos autonómicos. 12 comunidades tienen vigente un canon sobre el agua. 9 un impuesto que grava determinadas actividades que inciden en el medio ambiente, 5 han puesto en marcha un tributo sobre grandes superficies comerciales, mientras que otras cinco lo que gravan es el juego. Y no acaba aquí la lista. Cinco gobiernos autonómicos han decidido crear un impuesto que grava la emisión de gases a la atmósfera, otros 8 cargan la producción o depósitos de residuos en instalaciones controladas y Andalucía y Asturias han creado un impuesto sobre las tierras en deficiente aprovechamiento. Hay más, Canarias grava el tabaco y los combustibles dos de sus principales fuentes de ingresos.
La lista de impuestos es interminable y afecta también a los depósitos bancarios, las bolsas de plástico, la energía eólica, a las empresas de alquiler de coches, y a las instalaciones de adsl. Una artilleria de impuestos que parece quedar muy lejos de las promesas de muchos políticos y más ahora en periodo electoral.