CRISIS REFUGIADOS

Padre Ángel: "La comunidad internacional no puede esperar ni un día más"

Miles de familias desesperadas intentan alcalzar la seguridad que ofrece Europa huyendo de la guerra en Siria. Espejo público ha estado en el campo de Presevo, en Serbia donde, de la mano del padre Ángel, hemos conocido la realidad de estos refugiados.

Acaban de atravesar la frontera entre Macedonia y Serbia. La columna de refugiados es incesante, su próxima parada es la ciudad de Presevo. Está apenas a cinco kilómetros, demasiado para familias extenuadas. Taxistas sin escrúpulos les esperan para cargar sus vehículos. Ninguno aplica las tarifas oficiales. Se aprovechan de la necesidad y la urgencia de los refugiados. La realidad es que les cobran mucho más cinco euros por persona, se han dado casos de cincuenta por un trayecto de 10 minutos. En la entrada del campo de Presevo aguarda una multitud. Cada día baten records, 10. 000 durante la última jornada.

"Chai y chorba, té y sopa", los voluntarios españoles de Mensajeros de la Paz y de Remar se encargan de que tomen algo caliente y los más pequeños una fruta. El padre Ängel, fundador de Mensajeros de la Paz ayuda a que diariamente la reciban. Su cabeza no para, quiere montar nuevas tiendas de acogida con calefacción, financiar un lugar donde las madres puedan pasar la noche a cubierto con sus niños pequeños y también quiere sacudir muchas conciencias.

Presevo es un campo de tránsito, la policía serbia registra los refugiados y  les proporciona un salvoconducto. Tienen prisa, el invierno se echa encima y el frío y la nieve son terribles en los Balcanes, además temen el cierre de fronteras. Es el día a día de 120.000 personas, el número de los refugiados que ya está en europa camino del Norte.

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