Okupación ilegal

Okupa la vivienda de una anciana que estaba visitando a su hija: "Conozco la ley y hasta que no haya denuncia no me echan"

Corcele es un ciudadano rumano que ha entrado a okupar un piso de Lavapiés junto a su mujer. La dueña de la vivienda es una anciana que ha sido operada en el extranjero y está a punto de regresar a su casa sin saber que está okupada.

Las vecinas de Pepi no pueden creerse que la vivienda que dejó hace unos meses para ir a visitar a su hija a Canadá haya sido okupada. Pepi tiene 86 años y cuando enviudó viajó a Toronto donde residen sus hijos. Allí se ha sometido a una operación de la vista y está siendo atendida por sus familiares. Cuando regrese a España va a encontrarse la desagradable sorpresa de que una pareja está viviendo allí.

Corcele, natural de Rumanía, asegura que conoce bien la ley y que sabe que mientras no hay denuncia del propietario no les pueden echar. Asegura que la vivienda estaba llena de polvo cuando se la encontró y con signos de que alguien no vivía allí desde hace mucho tiempo. Ha encontrado en la casa unas cenizas, que según afirma se corresponden con una mascota, y mantiene que se las está guardando a la dueña del piso.

"Entré en la casa porque pensé que la propietaria la había abandonado hace más de un año"

El okupa señala que tenía otra información sobre la propietaria de la vivienda. Se dio cuenta de que esta mujer no vivía aquí desde hacía más de un año. Pensaba que había abandonado el piso y se había ido a vivir con su familia a Canadá. Tiene un hijo de 6 años al que ha llevado a vivir con sus padres hasta que solucione la situación.

Llegó a España hace 15 años, después se fue a trabajar a Alemania y decidió regresar a España hace unos meses. "Yo vivo en la calle por tener a mi hijo bien en su colegio", mantiene. "Conocíamos la ley, por eso hicimos lo que hicimos. Mientras no haya denuncia del propietario no nos pueden echar", insiste.

"El problema es que esta es su casa y no la puedes okupar"

Las vecinas dicen que los okupas han cambiado las cerraduras y destrozado los sistemas de seguridad que se han encontrado en la casa. Apuntan además que Pepi no ha abandonado la vivienda sino que ha sido algo temporal. "Pepi en ningún momento ha abandonado la vivienda. Se ha ido porque el marido falleció y le pilló que se ha puesto mala y han tenido que operarla", sostienen.

Susanna Griso, presentadora de Espejo Público ha querido destacar que "el problema no es que la propietaria esté con su hija o que esté en Canadá. El problema es que esa es su casa y no la puedes okupar". Ha añadido que, de las muchas excusas que ha escuchado para okupar una casa es la primera vez que el okupa ha entrado "porque la casa tenía humedades y polvo". "Es lo que me faltaba por oír".

"La casa de Pepi nunca ha estado así"

El okupa ha querido enseñar el inmueble para mostrar el estado en el que se encuentra ahora la casa. Dice que cuando la propietaria regrese tiene pensado devolverle el piso. Apunta que las cenizas son de una mascota que se llama Luna que ha vivido 11 años.

La abogada penalista y colaboradora de Espejo Público Beatriz de Vicente sostiene que "este señor tiene su discurso y según él es de una ética absoluta". "No conoce bien la ley aunque sí los fallos. La segunda vivienda se considera morada. Hay un sistema legislativo laxo. Es un delito leve, es una multa que ellos mismos asumen. A ver si nos damos cuenta de que necesitamos un cambio legislativo".

Después de ver la casa las vecinas que Pepi señalan que nunca habían visto así porque su vecina Pepi siempre ha tenido "una casa preciosa y muy limpia".