Su okupa le vende la casa en Málaga y está a punto de ser desahuciada

La casa de Evelyn tiene una ubicación excepcional. Situada en Marbella, a 3 minutos de Puerto Banús, con piscina, buenas vistas y llena de lujo. Esta propietaria francesa salió del inmueble en 2001. Su maridó murió y salió del país para los trámites del entierro. Un conocido de la familia aprovechó para okupar la casa y falsificó los documentos de las escrituras. Ahora, años más tarde el supuesto okupa ha vendido la casa a una sociedad por 500.000 euros.

Cuando el okupa vende la vivienda sale de ahí y Evelyn regresa a su casa. En 2012 le notifican una demanda de desahucio de la sociedad que compró su casa. La propiedad de la casa estaba en manos de una sociedad limitada que ella constituyó con su padre y el okupa se autonombró administrador de esa sociedad. El okupa elevó a legal ese documento en notaría firmando como su marido pese a estar muerto. Lo ha inscrito en el registro mercantil, se ha hecho dueño de la sociedad y de la casa y así la ha podido vender.

El okupa falsificó la firma del marido de Evelyn ante notario y se registró como propietario de la vivienda

El okupa de la casa ha vendido la vivienda a amigos suyos que pagaron en efectivo en Alemania, sin escriturar ni pagar a Hacienda. Ahora un juez le ha dado la propiedad a los compradores. El juez le ha dicho que si han pagado la casa es suya y la han registrado a su nombre.

José Luis Castillo abogado de Evelyn, explica que están pendientes de que se dicte la resolución del recurso de apelación que han interpuesto con el desahucio cuya sentencia fue contraria a los intereses de Evelyn. Este martes está previsto un trámite de votación y fallo donde los magistrados se deben reunir para ver si estiman o no el recurso. En el caso de que lo estimaran Evelyn seguiría viviendo en su casa y si lo desestiman la parte demandante iniciaría el proceso de ejecución de esa sentencia y se lograría el desahucio que puede tardar unos meses

Tiene la esperanza de que la sala estudie los documentos pero solo el 30% de las sentencias se revocan en segunda instancia. "No es una situación jurídica simple. Estamos delante de unas situaciones mucho más complejas como para decidir en un desahucio", señala el letrado.