Pedro Horrach, fiscal anticorrupción de Baleares, estaba investigando el sobrecoste de un velódromo en Palma de Mallorca que había costado 3 veces más de lo que debería. Al hacerlo, se topa con unas facturas que pertecen a Noos Consultoría, a Aizoon y otras empresas con unas facturas que no le cuadran. De ahí arranca todo el caso.