DECLARACIÓN DEL ASESINATO
Las cuatro mentiras de Bernardo Montoya, asesino confeso de Laura Luelmo, en su confesión del crimen
¿Dijo toda la verdad Bernardo Montoya cuando confesó el crimen de Laura Luelmo? Estas son las mentiras de la declaración del asesino confeso.
Bernardo Montoya, el ya asesino confeso de Laura Luelmo, tras horas y horas de interrogatorio reconoció haber acabado con la vida de la joven profesora zamorana. Un relato visiblemente favorecedor para sí mismo.Pero las contundentes pruebas que se van obteniendo durante una investigación a contrarreloj están dejando en evidencia sus mentiras.
PRIMERA: La principal y clave para condenarle o no a la prisión permanente revisable ¿Violó o no a Laura Luelmo? Según la autopsia miente. El estudio del cuerpo de Laura ha confirmado que la joven sí fue agredida sexualmente. Y la prueba es contundente. En el cadáver de la víctima los forenses han hallado restos biológicos de Bernando Montoya.
SEGUNDA: La autopsia también reveló que Laura murió entre el 14 o el 15 de diciembre, es decir, dos o tres días después de su desaparición. La gran duda es qué pasó con ella durante todo ese tiempo. Bernardo asegura que, tras engañarla y atacarla, fue directamente al lugar donde después hallarían el cuerpo. Los investigadores han detectado restos de sangre en la casa de Bernardo que podrían ser de la joven profesora. Restos biológicos que el asesino confeso no pudo hacer desaparecer a pesar de haber limpiado a conciencia la vivienda. Un hallazgo que nos llevaría a la peor de las hipótesis: que Montoya trasladó a su víctima a su casa, situada a escasos metros de donde vivía alquilada la joven.
TERCERA: Un testigo le sitúa dos días después de la desaparición de Laura en el Barranco de las Mimbreras. ¿Por qué volvería Bernado Montoya al lugar de la agresión dos días después? ¿O fue ese día cuando abandonó el cuerpo de Laura?
CUARTA: Montoya tampoco ha querido ayudar con otra prueba clave, el teléfono móvil de Laura que sigue desaparecido. El móvil dio su última señal a unos 9 kilómetros de El Campillo, y el cadáver de Laura se localizó a unos 5 kilómetros.