La vida de Ana Julia Quezada en España, de su trabajo como prostituta a la muerte de su hija de 4 años

Quezada llega de República Dominicana en busca de una vida mejor en España. Ana Julia es una adolescente pero deja en su país natal a una hija muy pequeña. Sus inicios en nuestro país fueron duros, trabaja en un club de alterne de carretera, el 'Piccolo'.

En ese prostíbulo conoce a Miguel Ángel, un camionero que se enamora de ella y que en 1994 consigue arrancarla de la prostitución. Se casaron en apenas un mes y Ana Julia se queda embarazada. Una circunstancia que aseguraba su permanencia en España.

Todo les va bien, nace Judith e incluso les toca la loteria y pueden cambiarse a un piso mejor. En 1996 logra traer de la República Dominicana a su primera hija Ridelca Josefina, pero a los cuatro meses la niña fallece en extrañas circunstancias. Se precipita desde el séptimo piso hacia el patio interior de su vivienda.

La relación con Miguel Ángel termina mal, ella lo denuncia por malos tratos y acaban divorciándose. Al principio Ana Julia se queda con la niña, pero cuando la niña cumple quince años se muda definitivamente con su padre.

Ana Julia aspiraba a un nivel de vida más alto del que tenía. Se cruzó en su vida Javier, un hostelero bastante mayor que ella, viudo y con dinero. Sus hijos siempre sospecharon de las intenciones de Ana Julia. Javier tenía cáncer. Sus hijos aseguran que Ana Julia no le proporcionó ni los cuidados básicos, sin embargo llegó a ir al hospital con una juez y testigos para celebrar un matrimonio.

Los médicos lo impidieron, Javier murió y Ana Julia se quedó con el dinero y joyas del difunto. Todavía tuvo una última pareja en Burgos, Sergio, fue con quien se desplazó hasta Almería, allí se casaron y montaron a nombre de ella el bar Black en Las negras. El matrimonio dura apenas un año , de nuevo se cruza otro hombre, Ángel David, el padre del pequeño Gabriel.