Agresión sexual

La joven que fue agredida sexualmente por un celador cuando estaba ingresada: "Que no vuelva a ocurrir"

La joven de 18 años se encontraba en el hospital ingresada por un trastorno alimentario. Denuncia que un celador abusó de ella durante su ingreso.

Lucía, nombre ficticio, se quedó en shock hace tres años. En julio de 2020, cuando el país estaba conmocionado en plena pandemia, Lucía tuvo que hacer frente a un suceso que le cambió la vida. Ingresada en el hospital de Guadalajara por un trastorno alimentario estaba aislada de su familia por protocolo sanitario.

El celador la amenaza con agredirla sexualmente. Primero entra y la da un beso amenazándola y después comete la agresión sexual. Tarda un par de días en confesarlo, es incapaz de asimilar la agresión que ha sufrido. Es una auxiliar del hospital quien se da cuenta de que Lucía está decaída, algo ha pasado. Ella comienza a preguntar qué ocurre y la joven se desarma y confiesa lo que ha ocurrido.

El celador ha sido condenado a 4 años de cárcel y se le ha interpuesto una orden de alejamiento sobre la víctima

Al poner su caso en conocimiento de los sanitarios sufre un ataque de ansiedad, se hace una lesión en la mano y pierde varias piezas dentales porque se desvanece. Finalmente, al celador le condenan a cuatro años de cárcel y a una orden de alejamiento de la víctima de 10 años.

Ahora Lucía tiene 21 años y quiere “visibilizarlo y que no vuelva a ocurrir y si vuelve a suceder que no se trate de esta manera”. Denuncia que la pena es escasa y que el hospital ha hecho oídos sordos a la denuncia de la joven: “La psiquiatra me dice que es un problema que tengo que gestionar, yo decido si sigo adelante con el tema y denuncio; o si, por el contrario, ellos hacen como que no ha pasado nada y se queda todo ahí”.

Además, después de todo lo ocurrido este celador siguió trabajando en el centro hospitalario un año y medio más. “Se le prohibió que volviera a la planta pero es verdad que coincidimos en el ascensor”, aclara Lucía. En su relato la joven sigue insistiendo en el mal proceder: “Cuando lo conté pedí por favor que se revisaran las cámaras y la psiquiatra me dijo que esas cámaras eran de vigilancia y no de grabación. Mi abogado descubrió que sí grababan y se destruía en unos días”.

El Servicio de Salud de Castilla La Mancha ha sido condenado como responsable civil subsidiario por los daños causados a Lucía a solo 4.000 euros de indemnización. La dirección del hospital lo que defendió durante esos meses era que había que respetar la presunción de inocencia de este celador. Por eso lo mantuvieron trabajando un año y medio.