José Bretón se comportó de manera poco natural y forzada en su declaración

El informe que analiza cada gesto y movimiento de José Breton durante su declaración ante el juez Rodríguez Laín concluye que el padre de los niños desaparecidos de Córdoba realizó una serie de gestos que podrían ser determinantes para esclarecer qué oculta en cada momento de su versión de los hechos.

"Bretón se dirige rápidamente a la silla donde ha de declarar. Adopta una postura que no abandonará en toda la declaración. Espalda encorvada, hombros caídos, y los dedos de las manos levemente entrecruzados. Su tono es siempre monótono, plano, sin apenas expresión ni movimiento". Un comportamiento, según este informe, poco natural, forzado y controlado.

Cuando José Bretón aprieta los labios, introduciéndolos ligeramente hacia dentro, los expertos aseguran que se trata de un gesto propio de un proceso mental de máxima concentración en lo que se va a decir inmediatamente. José Bretón hace este gesto en repetidas ocasiones, cuando el juez le pregunta sobre qué hizo el primero de esos doce días de manera habitual a la finca de sus padres, sobre la ropa que quemó en la hoguera, los peluches de los niños, o diferentes actos suyos en la finca de Las Quemadillas.

El informe señala a su vez como José Bretón cuenta siempre su propia versión de los hechos, y lo hace de un modo invariable, calcado de las veces anteriores, como si fuese un discurso aprendido, más que el relato de un recuerdo real que se extrae de la memoria. Todo ello lleva al analista a considerar la destacadísima incoherencia entre su comportamiento, aparentemente colaborador, con las circunstancias reales de la situación, en las que no muestra ni rabia, ni impotencia, ni tristeza o depresión.