Bandas juveniles

Jenny, expandillera: "Había violaciones grupales de 6 chicos con una misma chica a la que metían drogada en una habitación"

Según un reciente estudio de la Comunidad de Madrid uno de cada 3 docentes asegura tener un integrante de una banda juvenil en el aula. Jenny presenció peleas, violaciones grupales e incluso asesinatos que la llevaron a querer salir de ese mundo.

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Uno de cada 3 docentes de la Comunidad de Madrid asegura tener alumnos pertenecientes a una banda juvenil. Según los últimos datos de un estudio de la Comunidad hay integrantes de bandas organizadas en 130 colegios concertados, 108 públicos y 25 privados.

Un 10% de los docentes revelan que los alumnos les han transmitido que las bandas están relacionadas con la prostitución y muchas chicas se inician en este mundo a través de ella. Según este mismo estudio uno de cada 3 padres de adolescentes de la Comunidad de Madrid tilda a las bandas como principal peligro para sus hijos.

"Cuando estaba en la banda no dormía tranquilo y tenía que ir armado por la calle"

Espejo Público habla con un joven que fue líder de una de estas bandas. Cuenta que durante ese tiempo no podía dormir tranquilo e incluso tenía que ir armado por la calle. Tenía limitada la movilidad porque en los barrios contrarios corría peligro o podía tener problemas con la justicia. Cada integrante de las bandas tiene una función: "unos se dedican a las peleas y otros son un poco más tímidos y se les va enseñando". "Pillas un chaval de 13 ó 14 años fumado y le sale solo hacerlo", cuenta este chico.

Jenny relata cuál es el lado femenino de las bandas. Ella misma fue integrante de una de ellas y mantuvo una relación sentimental con uno de los cabecillas. Presenció violaciones grupales, peleas e incluso asesinatos. Cuenta que se acercó a la banda juvenil porque comenzó a frecuentar una matiné, una discoteca de menores. Le llamó la atención y quiso formar parte de este movimiento y poco a poco se fue involucrando con ellos.

"Al principio vivía una fiesta constante con drogas y diversión hasta que empecé a presenciar violaciones grupales e incluso asesinatos"

Cuenta que al principio vivía en una constante fiesta con drogas y diversión hasta que pasado un tiempo empezó a tener otras funciones como la de ser informadora. Cuando a los chicos de su banda les gustaba una chica y no la conseguían le mandaban hacer una fiesta para invitar a esa joven. Cuando había reyertas quien tenía los cuchillos eran ellas porque no las registraban y así podían dárselos a los chicos en el momento del ataque.

Relata que en esas fiestas muchas veces se cometían violaciones grupales. Drogaban a una chica y se metían 5 ó 6 chicos en una habitación y tenían relaciones con la misma. "Estábamos todos borrachos y fumados y la chica no se enteraba porque estaban borrachas o drogadas. Muchas de las veces las jóvenes se enteraban por las fotos o los vídeos que ellos hacían pero no conseguían acordarse".

Con el tiempo Jessy empezó a sentirse mal con lo que hacía y decidió salir de la banda. Cuando comunicó su intención de dejarlo comenzó a sufrir amenazas de muerte. La vigilaban por la zona y vivía intranquila por miedo a que la mataran. Esto duró un tiempo hasta que acudió a un centro cristiano que la ha ayudado a empezar de nuevo.

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