Delincuencia

Inseguridad y tráfico de drogas en un bulevar de Madrid: los vecinos viven con miedo

El terror en el Bulevar Puente de Vallecas, en el barrio madrileño del mismo nombre, está sembrado. Peleas, robos, drogas y reyertas amenazan en sus calles a diario. Los locales toman medidas insólitas.

Un equipo de Espejo Público ha visitado el barrio de Vallecas en Madrid. Las quejas y denuncias de los vecinos ha puesto el foco en este distrito por lo que sucede en una zona en concreto. Tal sería la gravedad de la situación que un negocio de hostelería se ha visto obligado a colocar un cartel sorprendente. Recuerda a los clientes, expresamente en su terraza, que está prohibido el consumo de estupefacientes, algo generalmente atípico en lugares públicos de restauración.

"Prohibido el consumo de estupefacientes en local y terraza"

Lo que tienen que vivir de forma permanente en su día a día sus trabajadores y clientes, ha llevado a tomar esa y otras medidas. El dueño de este local ha interpuesto varias denuncias contra el tráfico de drogas y a partir de ahí, recibe cartas amenazantes donde le acusan de chivato y le amenazan con prenderle fuego a su negocio.

Elena Gómez, reportera ha podido corroborar que los vecinos están de acuerdo con que es totalmente normal ver a la gente consumir a plena luz del día. La presencia policial se ha incrementado ante un panorama en el que los vecinos no pueden más y atemorizados denuncian que desde la ventana de su casa ven a los drogadictos inyectarse drogas. El propietario de este local recibió un primer aviso en el que vio como su local ardía en llamas. Después, llegaron las amenazas y hoy da la cara en Espejo Público.

"Mariló Montero: estas bandas quieren conquistar territorios."

Las dos bandas rivales siguen marcando territorio en esta zona de Vallecas. El propietario de este local calcinado hace unos meses da voz a la pesadilla que se está viviendo y en Más Espejo confiesa que se han juntado drogas, ruido y ocio continuo. Según nos cuenta a partir de cierta hora no se puede salir por la calle. En el barrio, lo único que piden los vecinos es tranquilidad y salir a pasear como antes, sin miedo, como cuando no se lanzaban botellines por pedir respeto.