CRIMEN DE LA PISCINA

Imputado, cinco años después, el exmarido de la malograda Lucía Garrido

El crimen de Lucía Garrido sigue sin resolverse. Apareció sin vida en la piscina de su casa. Nuevos indicios en la investigación apuntan a su exmarido, que ha sido imputado por su presunta relación con los hechos.

El cuerpo de Lucía Garrido fue hallado en la piscina de su casa de Alhaurín de la Torre en abril de 2008. La autopsia confirmó la muerte violenta de Lucía, de 49 años. El cuerpo presentaba un traumatismo en la cabeza y un corte en el lateral izquierdo del cuello. Aunque la causa de la muerte fue la asfixia por sumersión. La mujer fue hallada ahogada en una piscina que apenas tenía un metro de profundidad.

Lucía residía con su ex pareja, Manuel Alonso y la hija de ambos. Durante los años del matrimonio la pareja decidió instalar en la casa un negocio de compra y venta de de animales exóticos que regentaba Manuel y que, según los vecinos, funcionaba muy bien. Pero los problemas no tardaron en llegar y Lucía acudía asiduamente al centro de información para mujeres maltratadas para contar la pesadilla que posteriormente plasmaría en varias denuncias ante la Guardia Civil.

Como si de un presagio de su muerte se tratase, en enero de 2007 contó a los agentes el infierno que llevaba viviendo 10 años. "Me amenazó e intentó agredirme con un hacha. Insiste en que me vaya de la casa con la niña y que, si no lo hago, habrá consecuencias diciéndome que cuando es malo es muy malo. Estoy siendo ayudada económicamente por amigos para poder comprar comida. Me ha cortado el teléfono móvil. Me ha rajado las 3 ruedas del coche y me ha quitado el mando del portón de salida de los vehículos impidiendo que mi amiga pueda traerme leña. Me ha amenazado de muerte diciéndome que si no encuentra su teléfono me mata y que al igual que si entraba un ladrón en la casa le daba un tiro y lo tiraba a los tigres, igual podía hacer con ella".

Tras la denuncia, el juez decidió que la mujer conservara la vivienda, donde vivía con su hija, y permitió a su ex pareja que siguiera con su negocio, situado en la misma finca. No hubo orden de alejamiento ni de protección, Y era frecuente ver a Manuel entrar y salir.

Poco despúes de hallar el cuerpo de Lucía, la Guardia Civil localizó a su ex pareja a través de un vecino. Cuando le llamaron, Manuel dijo que había estado en Ronda, a unos 90 kilómetros del lugar del crimen. Tras ser interrogado, quedó en liberted por falta de pruebas. El resultado de aquella pobre investigación no provocó imputación de nadie.

El crimen de Lucía no tenía culpàbles, pero un año después, un nuevo un suceso sacude la finca los Naranjos. Dos hombres colombianos son hallados muertos en el interior. Han sido abatidos por dos armnas de fuego. Manuel Alonso se atribuye la autoría de los disparos, pero asegura que lo ha hecho en defensa propia. Sin embargo, la autopsia determinará que las detonaciones se realizaron a muy corta distancia. El mismo grupo de la Guardia Civil que investigó el asesinato de Lucía deja de nuevo libre a Manuel, pero un año después es detenido en una operación contra el narcotráfico. En la misma operación cae el teniente de la Guardia Civil que inició la investigación del crimen de la mujer.

Es entonces cuando se inician unas nuevas pesquisas. La policía nacional releva a la Guardia Civil en el caso. Y comienzan a investigarse conversaciones entre el principal sospechoso y el mando de la Guardia Civil que demuestran que se conocían y que aquella amistad pudo favorecer al principal sospecjoso. Ahora, 5 años después, Manuel Alonso ha sido imputado por homicidio.

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