DECLARACIÓN DE LA VÍCTIMA
El hijo de Ortega Cano permanecerá una semana más en prisión
José Fernando, el hijo de Ortega Cano, no saldrá de la cárcel esta semana pues el viernes tendrá que enfrentarse a una rueda de reconocimiento. Además, en la declaración de la víctima, el hijo de Ortega Cano no sale muy bien parado.
La declaración de la víctima relata con todo lujo de detalles cómo fue ese robo violento en el que acabó herido, sin móvil y sin coche. Su declaración ante el juzgado difiere en algunos matices con la que hizo en la comisaría inmediatamente después de producirse la agresión.
Según esta declaración, la pelea comenzó cuando se cayó un vaso de plástico. "Llevaba un vaso de plástico en la mano y sin querer le dí en el brazo a un individuo que me recrimina que le ha tirado la copa. 'Me dijo hijo de p..., c...., que me has tirado la copa. Págame una copa'. Se inicia un forcejeo y me lanza un puñetazo que me impacta a la altura de la sien izquierda".
Según la víctima, Isco, el amigo de complexión fuerte de José Fernando, fue el primero en dar un puñetazo. Ante la agresión y al ver que eran más de una persona, el joven decide alejarse del club: "Salí corriendo del club y ví que un individuo me lanza una piedra y me da en la mano. Me da caza esa persona y aparece un coche a toda velocidad, un Nissan blanco con los cristales tintados. Se bajan tres individuos que comienzan a pegarme y ahí ya está la persona que inicia la pelea. Unos me pegan y otros me empujan por detrás".
De nuevo el amigo más grueso le lanza una piedra. José Fernando por su parte es de los que le pegan y el que anima a los demás a que lo hagan. "El hijo de Ortega dijo: 'dale fuerte, no dejes que se escape el c....". Según la declaración de la víctima, Isco es el que invita a sus amigos a que le vacíen los bolsillos. "Escuché una voz procedente de la primera persona que me agredió que decía quítale el móvil, quítale el dinero, quítale todo". José Fernando le roba, junto los demás, el móvil, 15 euros, las llaves de su casa y las de su coche. "Volví al club y ví que no estaba mi coche Audi. Busqué auxilio en la gasolinera cercana. Un señor se levantó, le conté lo que pasaba y me hizo una primera revisión".
Desde entonces el joven profesor de padel asegura necesitar tratamiento psicológico y se ha tenido que dar de baja en su trabajo porque asegura tener miedo y no poder con esta situación. De ahí que a la salida de su declaración se tapase con una bufanda e intentara cubrirse con un paraguas.