LOS PROTAGONISTAS DEL CASO
La familia de Marta siempre sospechó de Miguel Carcaño
A Antonio del Castillo nunca le gustó Miguel Carcaño. Sospechó de él desde el primer momento. En la denuncia, puesta la misma noche de la desaparición, consta el nombre y el teléfono del que hasta ese momento era solo un ex novio de Marta.
Les había visto juntos por última vez esa misma tarde. Por eso, esa madrugada al ver que su hija no regresaba a casa, Antonio fue a buscarla a la casa de Miguel en la calle León XIII. Llamó a la puerta, pero nadie le contestó. Intentó asomarse al interior de la vivienda levantando con los dedos la persiana, pero no vió nada.
Antonio del Castillo se ha mostrado siempre colaborador, aunque excéptico, con la investigación policial. No cree la versión de que el cuerpo de Marta haya sido arrojado al Gualdalquivir y mantiene que hay más implicados. Activo desde el primer momento, puso en marcha una campaña de recogida de firmas para pedir la celebración de un referéndum en España a favor de la cadena perpetua. Incluso se llegó a reunir con Zapatero y con Rajoy para tratar este tema.
Eva Casanueva, la madre de Marta, tardó en aparecer en escena. Durante casi un par de meses fue incapaz de salir a la calle o enfrentarse a los medios de comunicación. Fue la primera que se percató de que algo raro pasaba. La noche del 24 de enero, Marta se retrasaba y su móvil estaba apagado. Decidió llamar a un amigo de su hija, Samuel Benítez, que le dijo que Marta estaba con Miguel. Eva le llamó y, al preguntarle por su hija, Carcaño le dijo que la había dejado a las nueve y media de la noche cerca de su casa. Eva sospechó de su versión e incluso llegó a amenzarle con llamar a la Policía si no le decía la verdad. Miguel Carcaño colgó entonces el telefono sin despedirse.
Javier Casanueva era tío, amigo y confidente de Marta. Conocía los sitios que frecuentaba y, por eso, se recorrió bares, parques y discotecas en busca de su sobrina. Al día siguiente, se plantó en León XIII en busca de respuestas. Allí se encontraba Francisco Javier, el hermano de Miguel. Le abrió la puerta y le dejó pasar al salón. Javier observó que todo se encontraba excesivamente ordenado y limpio. A la salida coincidió con el que se convertiría en un testigo clave. Un vecino que sobre las dos de la madrugada había visto a Miguel en la escalera con una silla de ruedas. La misma que, según su declaración posterior ante la Policía, habían utilizado 'el Cuco' y él para sacar de la casa el cadáver de Marta.