DANA

Un expolicía se derrumba por la situación de su pueblo tras el paso de la DANA, sin ayuda: "No nos sentimos ciudadanos"

Manuel, ex agente de Policía y vecino de Lloc Nou, en Valencia, aportaba su testimonio de lo lleva viviendo desde que escapó de la inundación con vida, por poco, hasta el día de hoy, en el que siguen esperando una ayuda que parece no llegar.

Lloc Nou con apenas 124 habitantes es el pueblo más pequeño de España. Se ubica en la provincia de Valencia y tristemente ha sido puesto en el mapa por ser uno de los devastados por la DANA que ha dejado el peor temporal del siglo y el desastre natural más devastador de la historia reciente.

Hasta allí se desplazaba el periodista Javi Fuente para informar de uno de los 69 municipios arrasados por esta tragedia. Una de las 69 localidades afectadas y donde la ayuda oficial no llega. Denuncian que son los olvidados de la DANA.

Tres días después... Voluntarios

"Ciudadanos ponen los tractores, las maquinarias para sacar todos los enseres"

Manuel, expolicía

Manuel es un policía retirado y exclamaba indignado que hasta que no habían transcurrido 3 días de las inundaciones no apareció ningún tipo de ayuda. Además, ese tan esperado auxilio, no llegaba de manera oficial, como militares, autoridades o cuerpos de emergencias, sino que lo hizo en forma de voluntarios. Ciudadanos movilizados para ayudar en la medida de lo posible y con todos los medios a su alcance a sus conciudadanos, vecinos o no.

"Siete días ya, y al tercer día es cuando hemos tenido alguna ayuda. Cuando han empezado a venir voluntarios. Las personas buenas", aseguraba Manuel. El ex agente de Policía afirmaba también que en Lloc Nou absolutamente todos los bienes que se encontraban en plantas bajas, "todo se ha perdido", fruto del más de metro y medio de agua que inundó las calles del municipio.

Huir de la muerte

El hombre, visiblemente afectado por una vorágine de emociones y cansancio, daba su testimonio. Confesaba que salvó la vida por poco. Tuvo que salir corriendo ante la rapidez con que avanzaba la riada. Trató de alertar a varios vecinos mayores y dependientes, sin obtener respuesta. Pocos minutos después se vio obligado a dejar a varias personas atrás, que no reaccionaban a la alerta que él mismo estaba difundiendo a viva voz. Seguía relatando varias historias de otras personas que salvaron la vida al límite, ya con el agua por la cintura arrastrando todo lo que pillaba a su paso, mientras él se agarraba a unas vallas metálicas y trepaba buscando refugio.

"No nos sentimos ciudadanos"

La tardanza en la llegada de ayuda y ausencia de autoridades o equipos de emergencias, según el expolicía, ha sumido a la población en un sentimiento de abandono desde los organismos e instituciones oficiales: "De segunda no, de tercera o cuarta. No nos sentimos ciudadanos".

"No puedo soportarlo"

Afirma sentirse agotado por el esfuerzo físico que siguió al de la lucha por su propia vida, retirando escombros y limpiando bajos y calles. Se desmoronaba anímicamente Manuel al describir con la voz rota cómo ha estado durante días "solo, con su familia" achicando agua y retirando "seis dedos de agua" junto a su mujer y sus hijas.

Abrumado por los sentimientos, Manuel se siente totalmente sobrepasado: "Mis sentimientos son más grandes que mis pensamientos. Entonces no puedo soportarlo, ¡no puedo soportarlo!", repetía entre lágrimas.