Málaga
Un empresario malagueño, secuestrado por su empleado: "Me intentó estrangular y me amenazaba con las tijeras de poda"
El supuesto secuestrador habría retenido a su víctima durante casi seis horas en las que recorrió 600 kilómetros, desde Canillas de Aceituno (Málaga) hasta Benidorm (Alicante).
Jamás imaginó un empresario de Canillas de Aceituno (Málaga) que sería supuestamente secuestrado por el que era hasta hacía un día su empleado. "Me intentó estrangular y no paraba de tocar las tijeras de poda durante todo el trayecto", así empieza a contar la víctima el calvario que sufrió hace unas
Pero el caso, según relata ahora la víctima, va más allá porque no solo fue el secuestro en sí, sino todo lo que viene después. Y es que una vez que el hombre fue retenido en su propio coche, el secuestrador cogió el volante y recorrió casi 600 kilómetros con él a bordo. Un recorrido que empezó en Canillas de Aceituno y terminó en Benidorm.
Según relata la víctima, todo ocurrió en una finca cuando se presentó el agresor y le pidió que lo llevara a casa. Este aceptó la petición y a cinco minutos de llegar a la vivienda, sucedió todo. "Estábamos en el campo y me dijo si podía acercarlo a su casa. Cuando quedaban cinco minutos para llegar, me dijo que parara que necesitaba orinar. Tan pronto bajó del coche me pegó tres puñetazos y trató de estrangularme", manifestó la víctima.
Por el monte y a mucha velocidad
Siguiendo el relato de la víctima, el agresor se sentó en el asiento del conductor y con él a bordo, empezó a conducir por el monte y a toda velocidad. "Me tiré del vehículo en marcha. Intenté correr pero me caía. Me alcanzó, me golpeó y tuve que volver a subir al coche. Empezó a conducir por caminos de tierra hasta que desembocó en la Autovía rumbo a Barcelona. Durante todo el trayecto, se limitaba a palpar unas tijeras de poda y una mochila donde tenía un cuchillo", explicó el empresario.
El terrible suceso tuvo final feliz gracias a que la víctima, en un momento del trayecto, recordó que tenía unas llaves de repuesto del vehículo en la guantera y dijo al secuestrador que necesitaba parar en una gasolinera para beber agua dado su mal estado. "Me inventé una excusa. Le dije que necesitaba beber agua. Paró en una gasolinera, se bajó del coche para comprármela y aproveché para huir", relató el hombre, que ahora se recupera en casa del susto y de las heridas.
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Por su parte, el detenido ha quedado en libertad con una orden de alejamiento.