EL HIJO DE SU CASERO, DETENIDO
Asesino confeso de Saray: "La maté en un arrebato de ira"
El detenido por la muerte de Saray González, la joven estudiante asesinada en Las Palmas de Gran Canaria, ha confesado que es el autor de la muerte de la joven, que recibió al menos 4 golpes en la cabeza.
"La maté en un arrebato de ira porque ella se había quejado de que hacía ruido con los videojuegos y no la dejaba estudiar para un exámen inminente". Así de claro lo deja Alberto ante la policía y el juez. El joven, de 18 años, se confiesa autor material de la muerte de su vecina. Saray González, una joven universitaria de 27 años con la que dice, nunca tuvo buena relación. Y es que al parecer los roces vecinales entre ambos eran frecuentes.
Saray vivía en un apartamento alquilado. Su casero, era el padre de Alberto, ambos residían juntos en el piso inferior al de la joven asesinada. Alberto era estudiante de primero de Informática pero tenía una pasión desmedida por los videojuegos online, a los que dedicaba muchas horas y a elevado volumen lo que al parecer irritaba continuamente a su vecina de arriba.
El día 27, Saray preparaba un examen, pero los ruidos de Alberto no le dejaban concentrarse. Saray se conecta por última vez al grupo de compañeros universitarios de whatssap sobre las tres de la tarde. Después decide bajar a casa de Alberto para pedirle que reduzca el volumen de sus videojuegos. De regreso a su casa y ya en su interior, enfadada taconea con fuerza, es entonces cuando Alberto, sube a buscarla, nada más abrirle esta la puerta y por sorpresa le agrede hasta en 4 ocasiones con una hazada de dos puntas, sin que ella pueda defenderse. Saray queda malherida y fallece en el hall de su casa, mismo lugar donde sería hallada unas horas màs tarde por su compañera de piso.
Cuando ésta descubre su cuerpo, pide auxilio y al primero que recurre es a su vecino Alberto quien al parecer se muestra dubitativo y poco colaborador. Aunque finalmente llama a emergencias, Alberto es para la policía el primer sospechoso. A falta de hallar el arma homicida, para lo que se registra una finca del padre, los restos de ADN encontrados en la escena del crimen, el cuerpo de Saray y la vivienda de Alberto serán cruciales para su detención.