EXCLUSIVA | DESCUARTIZADOR DE MAJADAHONDA

Comienza el juicio al presunto descuartizador de Majadahonda

Comienza el juicio contra el acusado de asesinar a su tía y a su inquilina para luego deshacerse de sus cuerpos con una picadora de carne. Juicio por el llamado crimen del descuartizador de Majadahonda. El supuesto asesino se llama Bruno y se enfrenta a más de 26 años de prisión.

Es un enfermo de esquizofrenia. Bruno está acusado de destruir los cuerpos de sus víctimas que aún no ha sido encontrados.

'Espejo Público' ha conseguido las fotografías del interior del domicilio, fotografías nunca vistas del lugar donde la Guardia Civil encontró la picadora que utilizó Bruno. Y, además, entra en la casa de los horrores donde el descuartizador habría cometido sus crímenes.

La fiscal ha destacado en la primera sesión del juicio en la Audiencia Provincial contra Bruno H.V., conocido como el presunto descuartizador de Majadahonda (Madrid), que el acusado cometió "actos lúcidos y complejos" para tratar de "eludir su responsabilidad" en la muertes de su inquilina y su tía.

Tras más de tres horas para constituir el jurado popular, la vista ha comenzado pasadas las 13:30 horas en una sala completamente abarrotada para proceder a la lectura de los escritos de acusación y defensa, y para la exposición de los informes previos.

La Fiscalía pide treinta años de internamiento para el acusado, al aplicarle "una eximente incompleta por enajenación mental" en relación a las muertes de su inquilina Adriana Giogiosa y de su tía Liria, mientras que la acusación particular no aprecia circunstancias modificativas de la responsabilidad penal y solicita veinticuatro años de cárcel, y la defensa la libre absolución.

Bruno H.V. está acusado dos delitos de homicidio, uno de falsedad documental, otro de estafa y uno de tenencia ilícita de armas, por las muertes de su tía en 2010 y su inquilina en 2015, cuyos cadáveres se cree que fueron triturados por una picadora industrial y aún no han aparecido en el vertedero de Pinto, donde la Guardia Civil busca desde hace dos años.

En su intervención, la fiscal ha explicado que no aprecia una eximente completa, como argumenta la defensa, porque "la dinámica de los hechos apunta a un intento real de eludir su responsabilidad" pese a tener una enfermedad mental, por las acciones que realizó tras presuntamente matarlas para ocultar las muertes.

Al respecto ha mencionado la sociedad que creó para apropiarse del dinero de su tía, la carta que envió al trabajo de Adriana Giogiosa haciéndose pasar por ella para decir que lo dejaba, los mensajes enviados desde su móvil a amigos y allegados sobre que estaba de viaje por Europa y la desaparición de los cuerpos.

"Todos son actos lúcidos y complejos", ha aseverado la fiscal que sustituye la pena de veintiséis años de prisión por treinta años de internamiento en un centro adecuado para que le traten médicamente su patología. Y dirigiéndose al tribunal del jurado les ha recordado que la clave aquí es "determinar el estado mental del acusado en el momento de los hechos", como también ha insistido luego la acusación particular que, al contrario que la Fiscalía, sí pide prisión.

La sesión se ha prolongado durante poco más de una hora y el acusado, sentado a la izquierda de su abogado, la ha seguido prácticamente sin pestañear, sereno y tranquilo. Ligeramente inclinado hacia delante, vestido con zapatos, vaqueros, camisa y un jersey al hombro, no ha variado su posición en ningún momento con las manos y los pies cruzados, con la mirada al frente, sin gesticular y sin abrir la boca para dirigirse a su letrado.

Tan solo ha cambiado su postura cuando su abogado ha destacado que Bruno H.V. no lleva grilletes durante el juicio, momento en que este ha sacado las manos debajo de la mesa para mostrarlas a la Sala.

Sí que se ha mostrado más interesado cuando su letrado ha defendido "la presunción de inocencia" de su cliente tras "una investigación mala de solemnidad" y "cargada de ilegalidades" por parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad.

Tras hacer gala de haber participado en cincuenta juicios con jurado y levantar el tono en ocasiones ante la perplejidad del público asistente, el abogado ha dicho que no reconocen los hechos y que su defendido tiene una enfermedad mental grave.

Pero ante todo ha subrayado que sólo existe una prueba contra cu cliente que puede ser lícita o no: "Aquí solo hay una picadora con una gota de sangre" que, en su opinión, puede haber llegado ahí de muchas formas. La vista se reanudará mañana con la declaración del acusado, en prisión desde su detención el 7 de abril de 2015

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