CRIMEN DE RICLA

Comienza la búsqueda de la mujer descuartizada por su marido

La triangulación del teléfono móvil de Antonio Losilla ha llevado a la policía a un descampado cerca de Morata de Jalón, lugar donde se cree que pueden estar los restos de su mujer, Pilar Cebrián asesinada y descuartizada presuntamente por su marido.

Se trata de un lugar perfecto para ocultar los restos de un cadáver. Es un lugar alejado y despoblado cerca de la localidad zaragozana de Morata de Jalón. Un piezómetro, uno de los pozos con los que la Confederación Hidrográfica del Ebro controla las aguas subterráneas. Un pozo de bombeo con su sistema de seguridad alterado, su ciere manipulado sin poder establecer la fecha.

Un paraje en el que el posicionamiento del teléfono móvil señala la presencia del asesino en más de nueve ocasiones. Dos de ellas claves, porque no pueden ser casuales. El día anterior y posterior del asesinato de Pilar Cebrián. Un ama de casa de 56 años presuntamente asesinada por su marido, Antonio Losilla, el descuartizador de Ricla. El pozo tiene una anchura de 25 centímetros y una profundidad de 250 metros. En una primera inspección, se localizó en el pozo un obstáculo a 180 metros, por lo que se hace imprescindible una búsqueda para dilucidar si ese obstáculo podría ser parte del cadáver de Pilar Cebrián.

El análisis de las muestras de agua con partículas en suspensión recogidas en la primera inspección del pozo con el fin de poder extraer posible ADN, no ha dado resultados positivos. Un complejo operativo vuelve a examinar la zona. Primero se introducirá la tecnología necesaria para realizar una inspección que se pueda seguir a través de un televisor, tras la limpieza de la zona, se procederá a una extración. ¿Fue este pozo uno de los puntos elegidos por el descuartizador de Ricla para deshacerse del cuerpo de Pilar cebrián?

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