Coronavirus
Espejo Público se adentra en las colas del hambre en tiempos de coronavirus: "La gente que se queda en la calle es cada vez más joven"
La crisis del coronavirus ha incrementado el número de personas que necesitan acudir a un banco de alimentos para poder subsistir. Sus trabajadores indican que cada vez son más jóvenes los que se quedan en la calle.
Las 'colas del hambre' tienen muchos nombres y muchas historias diferentes. Francisco es una de esas personas que, tras toda una vida trabajando, ahora tiene que recurrir a bancos de alimentos para poder llevarse un desayuno caliente cada mañana. Y así, hasta 160 personas que cada mañana acude a las puertas de la Iglesia de San Antón en Madrid donde la fundación 'Mensajeros de la Paz', creada por el padre Ángel, ayuda desde hace años a los más necesitados, sirviéndoles una comida caliente cada día.
Con la segunda ola de coronavirus encima, el reto es aún mayor. Las llamadas 'colas del hambre' para recoger comida han crecido especialmente en los últimos meses hasta el doble de lo que se servía antes de la llegada de la pandemia del coronavirus.
María, una de las voluntarias que cada mañana sirve un café y una bolsa con comida en la que se incluye unas magdalenas, fruta o un sándwich, asegura que se encuentran desbordados y remarca que "cada vez hay más gente en la calle, y que cada vez son más jóvenes".
Otra de las personas que se encuentra en la cola esperando por su bolsa de comida y su bebida caliente, a sus 55 años, emocionado, indica que tras toda una vida trabajando como funcionario, no pierde la esperanza de poder volver a encontrar trabajo: "Sólo quiero que mi hijo de 27 años esté orgulloso de su padre y que vea que su padre no ha tirado la toalla y sigue luchando por su vida".
El número de personas que necesita ayuda porque no llega a final de mes para comer y pagar los gastos del hogar, no deja de crecer. Hay muchas personas que tenían negocios y los han perdido y no tienen para comer y vienen a pedir ayuda. Son personas que antes tenían un trabajo, podían comprar pan y leche. Hoy necesitan ir a los bancos solidarios para comer una vez al día tras el impacto de la crisis del coronavirus.