MANUEL CASTILLO RECIBE ALLÍ LA CORRESPONDENCIA

Casi 10 años empadronado en una furgoneta

Manuel Castillo vive en una furgoneta desde hace casi 10 años. Ha logrado que el ayuntamiento le reconozca el vehículo como su residencia habitual y hasta recibe allí la correspondencia. Reclama una vivienda digna

Todo comenzó para Manuel Castillo en el año 2002 cuando la jueza que llevaba su divorcio sentenció que el piso compartido pasaba a manos de su ex mujer. Se trataba de una vivienda de protección oficial a la que había accedido durante los años de la dictadura, "me la dieron a mí, no a ella", asegura, y en la que había vivido, primero solo y luego acompañado, durante más de dos décadas.

Castillo había nacido en 1937 en la localidad cordobesa de Cabra y había emigrado a Barcelona instalándose en las barracas del barrio de Somorrostro y más tarde en una de las débiles casas de las laderas de Badalona. Su piso de Sant Roc era poco menos que su tesoro y, cuando la jueza le ordenó desalojarlo, hizo todo lo posible por quedarse primero, y más tarde por que le dieran otra vivienda protegida. Lo sigue haciendo, de hecho.

"Cobro una jubilación que no llega a los 500 euros mensuales, y eso a duras penas alcanza para vivir", explica Manuel. En marzo del año 2003 logró el reconocimiento oficial de su vivienda, y el ayuntamiento de Badalona lo empadronó en la furgoneta en la que todavía reside. Para que no hubiera duda de que ese pedazo de calle le pertenece, empapeló las ventanillas del vehículo con copias del documento y marcó su trozo de acera con pintura amarilla.

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