Okupación

El calvario de un pensionista por sus inquiokupas: "Es un quebranto económico muy importante"

Carmelo hace frente a una deuda de 60.000 euros que le han dejado sus inquilinas al dejar de pagar la vivienda en la que siguen viviendo.

La ocupación sigue a la orden del día. Cada día son más los ejemplo de viviendas que han sido ocupadas y de inquilinos que dejan de pagar el alquiler. En nuestro país son más de 80.000 personas las que se encuentran con su vivienda ocupada. Vamos a conocer el caso de Carmelo, un pensionista que heredó una vivienda y que se ha convertido en un auténtico calvario.

La historia de Carmelo

Carmelo heredó una vivienda de sus padres en el distrito de Hortaleza en Madrid y se gastó 40.000 euros en una reforma. El día 1 de diciembre decidió alquilarla para tener un apoyo económico extra de cara a su jubilación. Carmelo solo cobró dos meses de alquiler antes de que sus inquilinas decidieran seguir viviendo en la casa pero sin hacer frente a los pagos.

En la casa viven dos mujeres que son primas con sus respectivos hijos. Las dos mujeres comenzaron a hacer pagos de forma irregular desde febrero de 2019 hasta que con la llegada de la pandemia en 2021 dejaron de pagar definitivamente. En total le deben a Carmelo 60.000 euros.

Entrevista a Carmelo

En el programa Espejo Público hemos podido hablar con Carmelo, desesperado ante la situación. "Para mí es un quebranto económico importante", dice Carmelo sobre la deuda de 60.000 euros que tienen sus inquilinas. Además, asegura que una de las partes que más le afecta es la carga emocional que sujeta esa vivienda. En los años 60 sus padres ya sufrieron una gran estafa en la que más de 8.000 familias en Madrid y Valencia tuvieron que luchar por su vivienda. "Cada vez que siento lo que me está sucediendo pienso en lo que les pasó a mis padres, es un segundo sufrimiento sobre la misma vivienda".

Nueva modalidad de ocupación

Las inquilinas de Carmelo entraron en la vivienda con un contrato totalmente normal. En esta nueva modalidad de ocupación los okupas no rompen la puerta, firman el contrato y posteriormente dejan de abonar los pagos alegando vulnerabilidad. Esta modalidad ha recibido el nombre de "inquiokupas". Esta situación es más difícil para el propietario recuperar la vivienda. "Es un proceso muy largo", Carmelo explica que sus abogados disponen hasta de 52 documentos para llevar el caso. En ellos figuran el lanzamiento del desahucio y las diferentes paralizaciones.

Carmelo asegura no tener suficiente información de la situación en la que se encuentra ahora pese a haberlo solicitado por escrito por mediación de su abogado. Además, dice haber negado en rotundo la opción de la violencia que han seguido algunos propietarios en otros casos. "No es mi forma, lo tengo completamente apartado". Mientras tanto la deuda de impagos sigue creciendo aumentando el agujero económico al que el propietario tiene que hacer frente.

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