MÁLAGA | SENTENCIA POLÉMICA
Así es Borja, el joven de 22 años que irá a prisión por agredir al atracador que pateaba a una mujer
El caso de Borja, el joven de 22 años, que se enfrenta a 2 años de cárcel y 180.000 euros tras salvar a la víctima de un atraco en Fuengirola (Málaga), ha causado una gran polémica judicialmente. El juez establece que no hay legítima defensa en la agresión.
Borja presenció cómo dos delincuentes atracaban y golpeaban a una mujer. Eran las 7,45 horas y la víctima se dirigía al trabajo. Decidió ayudarla y al enfrentarse a uno de los delincuentes, le dio dos puñetazos. Al caer al suelo, el atracador sufrió un traumatismo craneoencefálico que le provocó la muerte.
Ahora una polémica sentencia manda a prisión a Borja. En su declaración judicial, el joven asegura que cree que ayudar a la mujer que estaba siendo atracada fue lo correcto.
"A pesar de lo que ha ocurrido, no me arrepiento de haber ayudado a esa mujer, la estaban pateando en la cabeza. Creo que hice lo correcto", fue una de las declaraciones de Borja. El joven asegura que este caso le ha cambiado la vida. Se siente arropado por mucha gente y lamenta la muerte del atracador.
Este es el relato de los hechos según la sentencia:
"El acusado salió corriendo para recuperar el bolso sustraído. Se produjo un forcejeo entre ambos en el curso del cual el acusado, siendo consciente de las graves consecuencias que podría causar con su acción propinó dos puñetazos, que determinó que la víctima cayera al suelo, sufriendo un traumatismo craneoencefálico que le provocó la muerte".
La sentencia explica lo que debería haber hecho Borja, en lugar de enfrentarse al atracador
"El resultado de la muerte no ha sido fortuito, ya que si el acusado en lugar de golpear a la víctima para recuperar el bolso hubiera decidido simplemente seguirla e intentar determinar hacia donde se dirigía en espera de la llegada de la Policía, la muerte no se hubiera producido".
Como Borja no sufrió lesiones, la sentencia concluye que no fue en legítima defensa. No consta, más allá de lo relatado por el acusado, que la víctima intentara golpearle, como así constata que dicho acusado no sufriera a raíz de lo sucedido ninguna lesión. Por ello no puede afirmarse que se desarrollara en legítima defensa, según el magistrado.