Droga deportiva

Al borde de la muerte por el culto al cuerpo: "Te conviertes en una farmacia ambulante"

Proliferan las páginas de venta y vídeos tutoriales de medicamentos deportivos ilegales. Acompañamos a dos ex consumidores de esteroides anabolizantes: "medicamentos que se fabrican en laboratorios clandestinos sin control sanitario".

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“Te conviertes en un pequeño supermán”. Alberto sufría “bullying” y pensó que el gimnasio le ayudaría a combatir a sus acosadores. Pronto le mostraron fórmulas más rápidas de ganar músculo. Consumió esteroides anabolizantes durante veinte años, doce de ellos de manera ininterrumpida. “El problema es que a medida que los tomas, los efectos secundarios se multiplican. Una insuficiencia renal casi acaba con mi vida, pero también he tenido problemas cardíacos, depresión, disminución de los testículos. Puedes desarrollar ginecomastia. Entonces tienes que tomar antiestrógenos. Empiezas a tomar un montón de medicamentos para paliar los efectos de otros. Te conviertes en una farmacia ambulante”.

Medicamentos ilegales a golpe de clic

Tan desolador panorama le ha empujado a contar su caso en colegios e institutos. Encontrar estos productos y la forma de consumirlos es tan sencillo como un golpe de clic. Miles de páginas de venta y tutoriales invaden la red. “Son medicamentos que se fabrican en laboratorios clandestinos sin ningún control sanitario. En siete días los tienes en casa. Libremente, sin control ni nada. Es una auténtica vergüenza”.

A Alberto tuvieron que drenarle en muchas ocasiones grandes depósitos de pus. Un acné desbordante que es muy común entre los consumidores de estos fármacos. El doctor José González, experto en medicina deportiva advierte del riesgo de adicción. Pero lo más demoledor es la retahíla de enfermedades que conlleva su consumo: “infarto de miocardio, ictus cerebral, insuficiencia renal, de hígado… se lo he dicho a todos los secretarios de Estado para el Deporte y todos contestan lo mismo: no tenemos medios para combatirlo”.

“Empecé a consumir esteroides porque era una niña gordita”

Alejandra nos envía fotos de cuando consumía esteroides. Una mujer en posturas de revista exhibe músculos imposibles. Lo dejó después de tres años de consumo, ante los efectos devastadores: “pérdida del ciclo menstrual, salida de vello por todas partes, cambios orgánicos y genitales… masculinización en general”. Sus comienzos fueron cuestión de imagen: “por la poca aceptación. Desde niña fui una niña gordita. No me sentía una niña muy atractiva”. Lo más llamativo para ella es la facilidad, cada vez más, del acceso a estos productos: “las redes sociales son ese foco de infección mental que te lleva a creer que todos son superhéroes de Marvel. Y es en los chavalitos donde más se ha intensificado el uso de substancias”.

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