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Blanca Lleó: "La arquitectura no se hace con ladrillos, se hace con materia gris"

La arquitecta del Faro de Nules o del emblemático edificio El Mirador, de Sanchinarro en Madrid, se pone delante de nuestro espejo.

Blanca Lleó es una de las arquitectas españolas más laureadas y reconocibles y una de las primeras en montar su propio estudio que ha cumplido ya 30 años y que ha sido su gran sueño cumplido. Casada y sin hijos, ha firmado grandes edificios de vivienda social y también infraestructuras como el Faro de Nules o la cárcel de Jaén. Mientras escuchamos a Nina Simone con su Feeling Good, nos habla de sus gustos por libros como Carne y Piedra, de Richard Sennett, por cuadros como El Perro de Goya y su admiración por Lina Bobardi, una arquitecta basileño-italiana. De todos los edificios históricos elige un enigma: la antigua Biblioteca de Alejandría, que todos imaginan, pero que nadie ha podido saber cómo era realmente.

Respuesta.- Os he traído aquí, a la Casa de Campo de Madrid, porque los árboles me parecen un milagro, me parecen una arquitectura perfecta.

Pregunta.- Cuando estudiaste arquitectura, ¿Cuántas mujeres había en la clase?

R.- Pues éramos muy pocas, un 15 o un 20%...

P.- Sin embargo tú fuiste de las que decidió poner estudio propio y esto no estaba muy bien visto...

R.- Se formaban muchos tándem hombre y mujer, que formaban una asociación a veces solamente profesional o profesinal y sentimental. Yo tuve algunas colaboraciones con algunos compañeros hasta que llegó un punto y lugar en el que dije: quiero montar mi propio estudio sola.

P.- Eso es muy valiente, porque no había muchos estudios de mujeres solas...

R.- Realmente no he tenido mucho modelo. No había muchas mujeres que hubieran montado un estudio en España antes del que monté yo.

P.- ¿Y cómo fueron esos comienzos?

R.- La verdad es que yo no tenía familiares arquitectos, ni contactos y entonces la manera de conseguir encargos era haciendo concursos. Hacías concursos con lema, o sea, anónimos. Ellos juzgaban cuál era la mejor idea y ese ganaba y tenía como premio realizar la obra. Yo gané algunos y así pude hacer, por ejemplo, el Faro de Nules, porque de otra manera, no era a través de concursos, un encargo así jamás hubiera llegado.

P.- ¿Cómo se te ocurre hacer un faro cuadrado?

R.- No existía ningún paseo, ninguna plaza, no existían espacio públicos, entonces pensé que el faro podía ser el referente y un espacio público. Además de ser un elemento técnico, una infraestructura. Y pensé que, como el faro tenía que tener 30 metros de altura, podía ser como un paseo marítimo vertical. Todos los huecos que hay a lo largo del recorrido son huecos que no tienen carpinterías, por ahí pasan los pájaros, el aire...

P.- ¿Se puede hacer vivienda social bonita?

R.- Si, siempre se puede. La arquitectura no está hecha de ladrillos, ni de piedra. Está hecha de materia gris, está hecha de ideas.

P.- Como arquitecta sabe que para que haya un techo de cristal, tiene que haber unas bases que lo sustenten.

R.- Si, si... (se ríe)

P.- ¿Qué tenemos que atacar, el techo o los muros?

R.- Romper el techo de cristal para mí está en la conciliación. Que haya una conciliación significa que alguien haga parte del trabajo que no está haciendo. Me da muchísima pena cuando oigo a alumnas con un talento enorme, decir que es muy difícil para ellas llegar a conciliar el amor que tienen por la profesión, con la vida familiar.

P.- ¿Habría cambiado algo en la Historia de la Humanidad si las mujeres hubiéramos sido arquitectas antes? ¿habrían sido diferentes los palacios, las pirámides?

R.- Si, probablemente si. Las mujeres tenemos mucho que aportar.

Además de Arquitecta, Lleó es también profesora universitaria, miembro de la Real Academia de Doctores de España y también del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos. Su éxito no empaña su posición respecto a la mujer y reconoce que: "si tu pareja no refuerza tus intereses, no es amor. Uno tiene que potenciar siempre al de al lado en todas sus capacidades. A mí me encanta aquello de que para criar a un hijo hace falta una tribu. Hoy realmente hay una aprendizaje mutuo. Los hombres han aprendido de las mujeres y las mujeres de los hombres. Y poco a poco yo creo que vamos encontrando una especie de situación más equilibrada que nos permitirá a todos avanzar y aportar más."