Batalla campal de okupas en la 'casa de los horrores' de Usera: "Habrá muertos"

Espejo Público ha vuelto a entrar en el edificio okupa de Usera (Madrid), denominado ya como 'la casa de los horrores'. En este inmueble viven varios okupas y entre dos de ellos ha estallado una guerra campal. Vladimir, de origen colombiano, y su vecina Rosa han sido detenidos varias veces por agresiones y amenazas cruzadas. Tienen una orden de alejamiento de menos de un metro pero viven puerta con puerta. Los problemas entre ellos son constantes.

Este mismo martes Rosa enviaba un mensaje de WhatsApp a Javi Fuente, reportero de Espejo Público que se ha trasladado varias veces al edificio. Le alertaba del empeoramiento de la situación y le llegaba a decir que podía "haber muertes". Inmediatamente un equipo del programa se ha trasladado a este barrio de Madrid para comprobar de primera mano qué está pasando.

Los distintos cruces de acusaciones han terminado con ambos okupas detenidos

Vladimir mantiene que su casera, Rosa, le está extorsionando y que es la líder de una peligrosa mafia de okupas. La mujer ya fue detenida pero cuando salió del calabazo lo primero que hizo fue llamar a Más Espejo para denunciar que era ella la que estaba siendo asediada por Vladimir. Tras este cruce de acusaciones entre ambos se han vivido momentos de máxima tensión que volvieron a terminar cn7

Momentos de tensión máxima que terminaron con el okupa colombiano engrilletado.

Otro okupa, conocido de Vladimir, corrobora la versión del colombiano y asegura que es Rosa quien perturba la paz de los vecinos. Mantiene que fue ella a la que pagó una cantidad por entrar en el piso y tiempo después también fue la que comenzó a extorsionarle para que lo abandonara. Una versión que Rosa desmiente categóricamente.

El edificio de la calle Usera es propiedad del banco. Rosa cuenta ante las cámaras de Espejo Público que está en trámites de un alquiler social. La convivencia entre estos vecinos de puerta es insostenible. Ambos se acusan de agresiones y coacciones y Vladimir llega a mantener que incluso Rosa tiene guardaespaldas a los que envía para coaccionarle.