UN CHICO 5 AÑOS MAYOR
Asunta Basterra llamó a un amigo horas antes de morir
La pequeña Asunta, poco antes de morir, llamó a un amigo. Este no cogió el teléfono y no sabremos pues si pudo o no haber evitado su muerte. Lo cierto es que al día siguiente declaró ante la policía con una mezcal de reproche y culpa.
Desde su habitación, la misma que horas después era registrada por la policía ante la indignación de sus padres, Asunta llama a un amigo. Un joven cinco años mayor que ella. Un chico que forma parte de su mundo. Comparten aficiones, algunas actividades extraescolares. Su auténtico confesor. ¿Quería Asunta relatarle sus sentimientos más ocultos: que temía por su vida?. El joven no coge el teléfono.
A la mañana siguiente este chico se despierta con la terrible noticia: el cuerpo de Asunta ha sido hallado en una pista pista forestal. No puede creerlo. Una presión incontrolable se apodera de la única persona a la que la menor se atrevió a recurrir. Acompañado por sus padres, este joven acude con su teléfono móvil como prueba a denunciar lo ocurrido. El testimonio ante los investigadores es desgarrador. Destila una mezcla de sentimiento de culpa y reproche. Siente que no ha sabido valorar el verdadero estado de su amiga de tan solo 12 años. Poco podría haber hecho ya por la pequeña. Su cuerpo ya estaba repleto de una dosis letal de Lorazepam y su fatal destino planeado desde hacía tiempo, según apuntan esos mismos investigadores.
Su testimonio forma ya parte de un sumario bajo secreto en el que queda claro que Asunta intentó pedir ayuda de varias formas. Primero las pistas en su blog, después los episodios con los efectos de la sedación en distintas clases de música. No es que no se creyeran a Asunta. Es que nadie fue capaz de pensar que unos padres aparetemente perfectos pudieran llegar hasta el extremo de hacer algo parecido a su propia hija.