El arquitecto Joaquín Torres carga contra 'Bigote Arrocet': "María Teresa Campos no se sentía querida ni atendida por él"

Edmundo Arrocet, más conocido como 'Bigote Arrocet', ha hablado en Espejo Público horas después de conocerse la noticia de la muerte de María Teresa Campos. La presentadora ha fallecido en Madrid a los 82 años rodeada de su familia y amigos. El artista mantuvo una relación sentimental de 6 años con María Teresa y afeaba lo mal que se habían portado sus hijas tanto con él como con su madre durante esa época.

El arquitecto Joaquín Torres, amigo de la familia Campos, considera que Arrocet "es un cínico y ni ha querido a María Teresa Campos ni la quiere". "No sabía ni que estaba mal", señala. Un extremo que confirmaba el propio Arrocet que contaba que la última conversación que tuvo con ella fue en su ruptura.

"Al principio María Teresa estaba enamorada y por eso se enganchó"

"Campos estaba sometida a Arrocet, no le hacía feliz. Al principio estaba enamorada y se enganchó a eso pero eso cambió al poco tiempo. Estaba anclada en su casa que hizo como propia, estaban al servicio de él, ella estaba incómoda y se sentía maltratada. No se sentía querida ni atendida", relata el arquitecto.

"Yo si veo a mi madre en esta situación lo mismo largo mucho más. Sus hijas han sido ejemplares y han respetado la relación hasta el final".

"Las hijas de María Teresa Campos siempre han hablado bien de su madre"

Lucía Etxebarria, escritora y colaboradora de Espejo Público, conoció a Terelu y Carmen, hijas de la presentadora, porque con 16 años iban al instituto público San Mateo. "María Teresa las llevó a un instituto público pudiendo haberlas llevado al colegio más caro del mundo", señala.

"Ellas eran amigas de mi amiga Isabel, todas las amigas poníamos a parir a nuestras madres y fue la primera vez que yo encontré a gente que hablaba bien de su madre en un entorno donde no estaba bien visto", recuerda.

"Terelu se aferraba a la esperanza aunque su madre ya estaba muy mal"

El arquitecto Joaquín Torres apunta que hoy estas niñas se quedan huérfanas de padre y de madre. "Se agarraba a seguir teniéndola porque el sentimiento de orfandad da mucho miedo. Terelu había conseguido perdonar a su padre, se había serenado y entendía muchas cosas que vas entendiendo con la edad", cuenta. Asegura además que aunque el estado de salud de María Teresa había empeorado en los últimos días Terelu no perdía la esperanza.