Atentados 11 marzo

La angustia de Amparo al recordar a su hijo muerto en los atentados del 11M: "Te falta parte de tus entrañas y de tu corazón"

El hijo de Amparo fue una de las 192 víctimas mortales que perdió la vida en los atentados del 11 de marzo de 2014. Esta madre asegura que 20 años después siempre tiene "el corazón triste".

A Amparo el atentado del 11 de marzo de 2014 le robó a su hijo Francisco. Recuerda como si fuera ayer que la noche antes del atentado estaban juntos viendo un partido del Real Madrid contra el Barcelona. Francisco era muy aficionado al fútbol pero al día siguiente tenía que madrugar así que dejó allí a su madre y se fue a la cama. "Me dijo: "Peque, mañana me lo cuentas que me voy a la cama"". Ella tenía pensado contarle cómo había quedado el partido al día siguiente pero no pudo.

Su hijo se levantó temprano y cogió un tren en la estación de Santa Eugenia para ir a trabajar sin saber que se convertiría en una de las 192 víctimas mortales del mayor atentado de la historia de España. Esa mañana tuvieron lugar 10 explosiones en cuatro trenes de Cercanías en las estaciones de Atocha, El Pozo y Santa Eugenia en Madrid, todas prácticamente simultáneas y en hora punta. El atentado fue perpetrado por la banda terrorista Al Qaeda.

"Te acuestas todas las noches con esa angustia y te levantas igual"

Hace 20 años Amparo contaba que la muerte de su hijo era como si le hubieran desgarrado las entrañas y que vivía con amargura y angustia. "Con esa angustia te acuestas todas las noches y te levantas igual", decía entonces. En ese momento contaba que aunque sabía que su hijo ya no estaba, vivía en ella. Hoy 20 años después asegura que se siente "casi igual".

Le echa de menos todos los días de su vida. "Te falta parte de tus entrañas y tu corazón", lamenta. Siempre tiene el corazón triste aunque reconoce que tiene "unos nietos preciosos y una hija maravillosa" que la ayudan a sobrellevar el día a día. la falta de su hijo la acompaña siempre. "Él era muy importante para nosotros porque estaba lleno de luz y de vida", recuerda.

"Me fui a la cama y al día siguiente cuando le volví a ver estaba en una caja de pino"

Para Amparo la pérdida de su hijo fue de la noche a la mañana literalmente. Se fue a la cama y al otro día se lo encontró ya "en una caja de pino". Cuenta que cuando llegó al lugar donde estaba el cuerpo "quería romper los cristales". "Cuando una persona está enferma y no hay solución te vas haciendo a la idea pero de esto nunca te haces a la idea. Era una persona sana y joven, lo mejor que ha pasado por mi vida. Por mucho tiempo que pase nunca llegas a pensar que estás más tranquila".