CONFESIONES DE UN CONFIDENTE
Ángel de Cabo controlaba sus empresas y trabajadores con mano de hierro
El hombre que pasó de fontanero a multimillonario liquidando empresas, Ángel de Cabo, llevaba sus negocios con mano dura. Sometía a sus empleados a una presión brutal y todo lo controlaba, tanto de día como de noche. Así lo relata un hombre que trabajó codo a codo con él.
Todos hablan de Ángel de Cabo, el hombre que desde una empresa de fontanería montó un imperio desmontando compañias en crisis. En Espejo Público, hemos hablado con su mano derecha quien nos ha llegado a confesar que uno de sus empleados se suicidó ante la enorme presión que le sometió Ángel de Cabo.
"Hará unos 10 años, su mano derecha -entre comillas- porque era el que le llevaba los sobres, cogió el coche de Ángel de Cabo, porque era su chofer, un BMW 730d full equip, y se estrelló contra un tren y se suicida", asegura este confidente.
Este hombre también ha revelado a Espejo Público el trato inhumano que daba Ángel de Cabo a sus empleados. A las mujeres les imponía un estricto código de vestuario, y ni siquiera las dejaba llevar el pelo suelto. Además, solía llamar a sus empleados por la noche para controlarles. "Para él éramos auténtica basura, asegura este confidente. Insultos, gritos, amenazas ... no se puede explicar. Era horroroso. En mi vida lo he pasado peor. Lo que ocurre, es que la gente está desesperada con el tema del trabajo y él se aprovecha", sentencia.