Drogas
Andrea, la amiga de la adolescente que murió tras inhalar gas de mechero: “Respiró 3 veces y ya no tenía pulso"
Una chica de 16 años ha muerto tras inhalar gas de recarga de mecheros en la localidad toledana de Corral de Almaguer. El equipo médico de urgencias desplazado hasta el parque municipal no pudo hacer nada por salvar su vida. Espejo Público ha hablado con varios amigos de la joven.
Una menor de 16 años ha perdido la vida tras inhalar el gas empleado habitualmente para recargar mecheros. Andrea, su mejor amiga, ha hablado en Espejo Público. Cuenta cómo sucedieron los hechos: “Muchas veces hacía como que se mareaba de broma y pensábamos que era broma. Pero luego cuando nos quisimos dar cuenta de que se cayó de verdad, nos vinimos corriendo a intentar socorrerle e intentar hacer algo”. Esta joven recuerda que en otras ocasiones le había advertido sobre el riesgo que corría. “Nosotras le decíamos que no hiciera esas cosas porque el gas era tóxico y muy malo y la regañábamos todo el tiempo”, detalla.
Según su madre y sus amigos la joven sufrió bullying durante varios años y eso podría haberla llevado a realizar estas prácticas. Una de las amigas que se encontraban con ella en el momento del desmayo cuenta que la joven respiró 3 veces seguidas "y después ya no tenía pulso".
"Los amigos las regañábamos todo el tiempo para que no hiciera eso"
Al parecer no era la primera vez que la joven hacia esta práctica mortal, según un amigo cercano: “Que yo sepa no es la primera vez, al menos había inhalado gas en otra ocasión, pero no me lo contó ella, me lo contaron otros conocidos, lo hizo para colocarse”. Sus amigas le advirtieron de la peligrosidad de inhalar el gas butano: “Por favor no lo hagas, es un pequeño mareo pero algún día va a ser más”. Cuando las amigas la ven desmayada en el suelo llaman a Urgencias e intentan seguir las indicaciones del sanitario: “Nos dijeron que la pusiéramos de lado y que le pegáramos pellizcos, y que le miráramos si tenía pulso y fue muy mal”. No pueden hacer nada, tan solo esperar a los sanitarios que tampoco pueden reanimarla debido al alto grado de intoxicación.
El ayuntamiento de la localidad ha decretado dos días de luto y la familia y amigos están destrozados. No entienden por qué realizaba esta peligrosa practica que ha acabado con su vida. Sus amigos más cercanos creen que “no vale la pena poner tu vida en peligro. Somos jóvenes y no pensamos a veces en las consecuencias de lo que hacemos”.