SEGUNDA PARTE DE LA ENTREVISTA AL PADRE DE ASUNTA

Alfonso Basterra: "Confío en la inocencia de Rosario"

Ni una palabra en contra de Rosario Porto. Alfonso Basterra sí habla de su ex mujer en la segunda parte de la entrevista que concede en la cárcel a su colega del Correo Gallego, y lo hace para defender, como ya hizo en su caso, la inocencia de Charo.

Alfonso Basterra confía en la inocencia de su mujer, "sólo te puedo decir que confío en su inocencia, que deseo con todas mis fuerzas que pueda salir bien de este embrollo y que pido a diario que sea así", le dice a Demetrio Peláez, autor de la entrevista.

Se produjo un acercamiento entre ambos, a pesar de estar separados. Todo a raíz de un ingreso de Rosario Porto en un hospital de Santiago tras sufrir un cuadro de estrés. "En los últimos meses hubo entre nosotros un acercamiento y estábamos bien de nuevo. El cariño permanece", dice Alfonso.

Ese ingreso también fue la causa de que recetaran a Rosario Porto lorazepan. "Le recetaron Orfidal para que pudiese descansar bien una temporada. Sí, yo compré varias veces Orfidal, ni lo negué ni lo niego. Lo hice con recetas de la Seguridad Social y en una farmacia que tengo cerca de casa. Sin ocultar nada". Alfonso reconoce así que era él quien compraba los fármacos para su ex mujer, con el mismo principio, curiosamente, que se ha hallado en la autopsia del cadáver de su hija Asunta. Sin embargo Basterra asegura que no fue él quien los adquirió para administráselos a la pequeña. "Si hubiese querido no dejar rastro me hubiese ido a comprarlos a otra ciudad o yo qué sé. ¿En qué cabeza cabe que vaya a comprar al lado de mi casa pastillas con las que, según dicen, estaba drogando a mi hija? Es de locos".

Demetrio Peláez, autor de la entrevista asegura que Alfonso Basterra defiende, hasta con lágrimas en los ojos, que la relación que matenía con Asunta era más que buena. "Fenomenal, te lo aseguro. Venía mucho a comer a mi casa y nos veíamos mucho. ¿Para quién voy a cocinar yo ahora? Me he quedado solo en el mundo, absolutamente solo". El rostro de Basterra se descompone al recordar a la pequeña y tiene que hacer un gran esfuerzo para no llorar, según describe su colega en esta conversación. Una entrevista donde Alfonso se mantiene bastante entero por lo general, salvo en contadas ocasiones.

Cuando le preguntan si ha mantenido algún contacto con Rosario Porto en prisión, Alfonso reconoce haberla podido saludar desde la distancia "una vez coincidimos y le pude dar ánimos". Pero Alfonso parece incómodo hablando sobre ello, por lo que el periodista decide cambiar de tema.

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