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La actriz Isabel Ordaz habla de su lucha contra el cáncer de colon: "Esta sociedad estigmatiza la enfermedad"

Isabel Ordaz ha contado en Espejo Público cómo ha sido su lucha contra el cáncer de colon. Reconoce que en el proceso hay un tiempo "en que la mente empieza a no tener ideas".

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Un 27 de diciembre la actriz Isabel Ordaz tuvo que ser operada de un cáncer de colon. La enfermedad la cambió y fruto de estos años de tratamientos y altibajos nace su libro: 'La vida en otra parte'.

El diagnóstico

Cuenta Isabel Ordaz que cuando el médico te dice que tienes un cáncer "esas seis letras canallas y un acento sobrevuelan a tu alrededor como moscas.

"Cuando te dicen lo que tienes es complicado, la conciencia necesita un tiempo, estás estupefacta. La palabra cáncer se queda merodeando a tu alrededor". Tuvo siempre la conciencia de que tenía que seguir contándose un relato durante todo el proceso de su enfermedad. "Mi cuerpo podía ser cedido a la medicina con terapias tremendas como radioterapia y quimioterapia pero a mí lo que me interesaba era contar y hacer un relato".

Durante su lucha contra la enfermedad leía "de una manera salvaje" y también escribía. "Esas letras tan oscuras como 'carcinoma', 'neoplasia', 'cáncer de recto' o 'tumores'...", recuerda. No escribía para publicar un libro, tan solo para recomponerse. Reconoce que en todo el proceso de la enfermedad hay un tiempo en que "la mente empieza a no tener ideas". "Psíquicamente el 'yo' empieza a quedarse en un segundo plano: ya no podía ser profesional, sino un ser tan social", confiesa.

La travesía

Explica la actriz que un diagnóstico de cáncer es como si ahora te dicen: "Se va a montar usted en un cohete y se va a la luna". "Ese camino de enfrentarse al dolor ha sido un juego de luces y sombras. La enfermedad está estigmatizada en la sociedad en la que vivimos. Vamos continuamente hacia la cumbre, el triunfo o vencer. El cáncer es la historia de un fracaso y socialmente ves que la gente te mira de una manera extraña y empiezas a ver otra mirada de la gente. Tú misma necesitas también no estar tan a fuera. Se cierran un poco las ventanas", relata.

Entiende que "da miedo el cáncer y la enfermedad, al igual que da miedo la ruina, son las patas de la desdicha". La enfermedad no es agradable y parecer que puede contagiar", señala.

Rompe una lanza por los amigos que la han cogido de la mano en los momentos más dolorosos y más oscuros de este proceso. "Cuando estás en casa y te llaman por teléfono te produce mucha felicidad. El cuerpo te abandona y no puedes ni abrocharte los zapatos. Que vinieran las visitas y los amigos con un paquetito de galletas me encantaba", recuerda.

La luz

Después de la enfermedad le ha quedado "mucho amor a la vida y una gran solidaridad". Señala que desde que pasó el cáncer se ha vuelto un poco llorona por todo lo que ha sentido y sufrido. Durante ese tiempo quería tener esperanza para proyectarse hacia el futuro porque en el cáncer "vives un presente muy total".

Desde que está "limpia" de cáncer ve la vida de otra manera en sus pequeñas cosas y en el orden de las prioridades. "Soy más avara de vida y eso se traduce en que disfrutas más y eres más agradecida. La muerte forma parte de la vida, no es otra cosa ni algo a lo que abatir, y desde esa perspectiva empiezas a tener el cuento completo".

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