PARRICIDIO EN VALENCIA
La mujer que mató presuntamente a sus dos bebés en Godella sufrió su primer brote psicótico tras dar a luz
Continúa la investigación por el crimen de dos niños de 5 meses y 3 años presuntamente a manos de su madre en Godella (Valencia). Los investigadores de criminalística de la Guardia Civil en Valencia consideran que un palo encontrado en la inmediaciones de la vivienda okupada en la que vivía la familia coincide con las lesiones que presentan los dos niños.
El asesinato de dos niños presuntamente a manos de sus padres en Godella (Valencia) sigue teniendo numerosas incógnitas, como cuál fue el papel exacto de los padres, María y Gabriel, en la muerte de sus hijos. Javier Martínez, periodista de 'El Diario de las Provincias', señala que aún no está clara la implicación del padre en los asesinatos. Los cuatro dormían en la misma habitación, por lo que cuesta creer que el padre no notara que María sacaba a los dos pequeños de la estancia. Asimismo, uno de los charcos de sangre de la agresión se encontró junto a la piscina, una zona muy próxima a la casa por lo que el padre podría haber oído algo.
En sus declaraciones de forma espontánea María dijo que había encontrado a los niños muertos y les enterró, del mismo modo que afirmó que Dios le había dicho que los matara. Sin embargo,estas manifestaciones carecen de peso judicial ya que no fueron tomadas ni ante su abogado ni el juez.
María, que presuntamente acabó con la vida de sus dos hijos de forma violenta, era una alumna modélica acostumbrada a sacar buenas notas. Con 18 años dejó de estudiar para viajar por toda Europa. Comenzó a vivir en casa okupas, conoció a Gabriel y terminaron formando una familia que se estableció en Godella (Valencia) en una casa okupa.
Sufrió su primer brote psicótico pocos meses después de ser madre. En una fría noche en la que apenas hacía cuatro grados se llevó al niño envuelto en una manta y se fue a dormir fuera. Su desaparición causó una gran alarma y finalmente fue localizada en buen estado. Tras este episodio su familia quiso llevarla al psiquiatra pero ella se negó a tratarse o medicarse. La enfermedad quedó latente hasta que volvió a surgir. La tarde anterior al crimen María sufrió otro brote y arrojó a uno de sus hijos a una fosa séptica. Fue el padre de los pequeños, Gabriel, quien se rescató al niño.