COMENTANDO EL CUARTO PROGRAMA DE 'CASADOS A PRIMERA VISTA'
"Emociones fuertes a tutiplén menos contra el cabecero de la cama", por @Becaria_
Emociones fuertes a tutiplén menos contra el cabecero de la cama. Así resumo yo el cuarto programa de anoche de 'Casados a primera vista' (bueno, ¡y todos los anteriores!). Si bien todas las relaciones de pareja deberían empezar en la cama por eso de conocerse y saber con qué tipo de persona vas a tratar en las distancias cortas el resto de tus próximos 30 días, también entiendo que algunas de estas parejas casadas a primera vista no se toquen ni con un palo. El Método está muy bien diseñado, el problema es que a veces se pasa de perfecto y los matrimonios chocan. Por @Becaria_
Calor uterino, abstinencia sexual, dolor de huevos, celos, incultura general. No sé por dónde empezar entre tantas virtudes. Mi pareja favorita hasta el momento es la formada por Julián el jubilado y la pija de postureo. Se van confirmando mis sospechas de que la mujer no tiene dónde caerse muerta, no hay más que ver su piso que no pasa ni los filtros de Fotocasa, su Fiat Punto que tampoco se caracteriza por ser un coche muy burgués y las bolsas de tiendas de outlet en el armario no son un indicador muy cool. Así está de quemada con Julián, que casi le da un síncope al enterarse de que cobra una pensión y es community manager gratis de la tienda online de un amigo. Y, mientras tanto, Julián aguantando las chapas del ex marido del cual María José sigue enamorada, con la relación sin cuajar y la huevera a reventar.
A quienes peor llevo es a Adrián y Alessandra, los de la luna de miel en Túnez, capital de Marruecos. Para una que prefiere ir a mirar ruinas y no tiendas de ropa, va él y se enfada. ¡Menos mal que no le ha dicho de ir a una librería! Alessandra a su lado parece Catedrática de Historia de la Complutense. Chico, ¿cómo puedes ser tan poco leído y hacer alarde de ello? Intuyo que en la siguiente cita la relación mejorará con un casquete y ya. Tía, no te merece.
La que en esta ocasión lo ha puesto a huevo para una noche caliente y sin falta de calefacción, ha sido Sheyla. “Sí, maricón”. Y va Carolyne y en vez de aprovechar para que le haga la catapulta infernal entre toallas con forma de cisnes, la manda a plancharle un vestido. No sé si porque no pilló la indirecta de la granadina o por desgana. ¿Qué estáis haciendo con vuestra vida, almas de pollo?
Los que menos pierden el tiempo son Dámaris y el de los tuppers de arroz cocido cada dos horas. O eso parece. No parece que den el perfil para irse a vivir juntos y tener media docena de hijos, pero unos botarros de ginecanestén para después de la luna de miel y que les quiten lo bailado.
La única boda de la noche ha sido para enmarcar. Estoy viendo otra vez el programa en la web de Antena3 porque no me lo creo: un guardia civil, una fan de los BackStreet Boys en paro y una obsesión extrema con que la novia sea lo suficientemente guapa para el picoleto. Él lo ha dicho doscientas veces y una más por si acaso no nos enterábamos, y el bodorrio ha sido el más deprimente del programa porque Álvaro se ha casado con una cara de auténtico asco. ¿No se miraría en el espejo antes de exigir tanta belleza y no fijarse en nada más?