LA MUJER DEL PROGRAMADOR
El próximo 7 de febrero cumple 27 primaveras Maxi Iglesias, cuya carrera meteórica ha desembocado sobre las tablas este otoño con 'El guardaespaldas'. Ante su estreno teatral el actor se mostraba feliz: "Es la primera vez que me subo al escenario musical, estoy con los ojos abiertísimos porque todo para mí es nuevo. Se actúa diferente, se habla diferente, todo es tan diferente... Y al mismo tiempo estoy alucinado porque son un montón de cosas y es un reto que me encanta, pero hay que estar al loro de todo".
Pero antes de este éxito (que se representa hasta al menos el 1 de abril en el Teatro Coliseum de Madrid), Iglesias entró por la ventana de la fama con el inolvidable Cabano en 'Física o química'. Más adelante siguió engordando su currículum en series ('La Embajada' o 'Velvet'), películas ('8 citas', 'Mentiras y gordas', 'After', 'El diario de Carlota', 'XP3D', 'El secreto de los 24 escalones' o 'Asesinos inocentes'), televisión ('Hoy visitamos...' y 'Más de series' en Atreseries) y hasta tuvo tiempo de cruzar el charco para interpretar al Chad Mendoza en la serie 'Dueños del paraíso' de Telemundo o para participar en el '¡Mira quién baila!' americano.
Pero sin duda algunas de las escenas que más marcaron su carrera fue las que compartió con Aitana Sánchez-Gijón en 'Velvet'. Según Iglesias, a lo largo de su carrera le "han dado buenos consejos, pero ninguno ha venido de ningún actor mayor que yo. La mejor experiencia que he tenido con una compañera mayor que yo ha sido con Aitana Sánchez-Gijón porque me hizo sentir que nos aportábamos mutuamente. Pero las verdaderas lecciones no han venido de nada que me han dicho, si no de lo que yo he observado. Me fijo y saco conclusiones, aprendo de Jose Sacristán, de Juan Diego en 'Toledo', de todos los profesores de 'Física o química', de Miguel Ángel Solá en 'Asesinos Inocentes'... Observo y callo". En otra ocasión recordó que "trabajar con Aitana Sánchez Gijón ha sido hacer realidad un sueño".
También guarda buen recuerdo Aitana, tal y como ha admitido en varias entrevistas: "Tengo complicidad con todos, pero quizá especialmente con Maxi Iglesias, que es el más joven y hace de mi hijo y se le ve hambriento por aprender, por conocer". Preguntada sobre si echaría de menos las escenas tórridas junto a Iglesias, la actriz hispano-italiana sentenció: "Yo también las echaré de menos . Lo que más me gustaba de esa relación era que él se enamoraba de Doña Blanca y ella sólo quería tener una historia de sexo fantástica. Me gustaba ese rol, pero la pena es que duró poco". Antes de su final en 'Velvet' admitía su felicidad: "Las secuencias de pasión con Maxi Iglesias las llevo con mucha alegría, es un galán fantástico".
Ahora ambos nos dejan sin esas escenas, pero Maxi suma y sigue mientras piensa en cumplir con su sueño: "Soy muy niñero, me encanta. Me pasa con ellos lo mismo que te decía antes, que cuando estoy con niños, me están recordando constantemente cómo era yo antes, cómo pensaba, qué quería... Es como energía pura y dura. Tanto si están callados como si no paran de corretear, los ves y dices: "Buah". Y al final es casi un fallo que tengo, porque si voy a una comida con gente que tiene niños, enseguida paso de los adultos y desvío mi atención hacia los peques. Pero te estoy hablando de críos de dos, tres años, cuatro... Chiquitines. Me encantan los pequeñitos".
Eso sin olvidar el papel de su madre, que tanto le ayudó en la profesión: "Mi madre nunca ha querido ni un hijo famoso ni un hijo actor. Mi madre lo que quería era un hijo pleno hiciese lo que hiciese. Ha querido un hijo que disfrutara. Si yo ahora mismo trabajara en un taller, como quería hacer al principio porque me encantan los coches y quería hacer piezas tunning, a ella solo le preocuparía que yo estuviera contento y feliz. Lo único que le importa es cómo me sienta yo".