BETTY VE TELENOVELAS

Züleyha vive sus momentos más amargos en 'Tierra amarga'

Tras el capítulo especial de 'Tierra amarga' en Antena 3, hablamos de Züleyha y los momentos que ha vivido desde que llegó a esa tierra tan amarga.

Ortega y Gasset escribió hace años aquello de que ‘yo soy yo y mis circunstancias’. Si aplicamos esa expresión a Züleyha (Hilal Altınbilek), la protagonista de 'Tierra amarga', habría que adaptarla especificando que ella es ella y las circunstancias de Çukurova. Y a eso habría que añadir unos cuantos personajes que se han encargado de amargarle la vida desde el mismo instante en el que puso los pies en esa tierra que ha resultado ser tan amarga.

El plan de Behice

Hace ya un tiempo que Behice (Esra Dermancıoğlu) se ganó a pulso nuestra desconfianza. Sus modales excesivamente exquisitos y su predisposición exageradamente dispuesta nos alertaron de que algo se ocultaba detrás de esa mujer, cuyos movimientos y expresiones siempre parecían esconder algo. Justo es reconocer también que en los peores momentos de Müjgan ha intentado hacer que su sobrina recuperase algo de la cordura perdida.

Sin embargo, los últimos acontecimientos han puesto de manifiesto que nuestra impresión negativa no era equivocada.

Behice mantuvo la compostura mientras tuvo la esperanza de asentar su privilegiada posición en Adana, pero, cuando vio la posibilidad de que su estatus saltara por los aires a la par que el matrimonio de su sobrina, se quitó la careta.

Behice es muy consciente de la amenaza que supone Züleyha para sus planes y, por eso, no ha dudado en buscar la forma de ponerle remedio. No le tembló el pulso a la hora de ir al hospital para matarla, pero, tras su fracaso, ha ido aún más allá, hasta un punto que nunca imaginamos.

Porque, de todos los defectos que tiene Behice, siempre pareció que, a su manera, sí quería a Müjgan, sí se preocupaba por ella. Sin embargo, ahora ha demostrado que Behice solo piensa en Behice.

¿Qué otra explicación puede haber para inducir a su sobrina a cometer un asesinato? ¿Qué otra explicación puede haber para envenenar aún más los celos de su sobrina? ¿Qué otra explicación puede haber para planificar la muerte de Züleyha?

Behice ha movido los hilos y su marioneta ha hecho los movimientos establecidos. Ahora solo cabe esperar que, una vez más, su cuidado y estudiado plan tuviera algún error de cálculo.

Müjgan o el poder de los celos

Pero antes de que Behice hiciera nada para instigar a Müjgan (Melike Ipek Yalova), la doctora ya había sentenciado a Züleyha, aunque aún había conseguido respetar algunos límites.

Müjgan se siente víctima de esta historia. Siente que Zuleiha quiere arrebatarle a su marido. Siente que su vecina es su peor amenaza. Es cierto que es una víctima, pero no desde la perspectiva que ella defiende. Müjgan es víctima porque no consigue su sueño de ser amada por su marido y el desamor, la decepción y la desilusión la han llevado a la desesperación.

Porque solo una mujer desesperada puede tergiversar todas y cada una de las situaciones de las que es testigo. Es más que evidente que Yilmaz y Züleyha se siguen queriendo como aquel lejano día en el que se bajaron de un tren en Çukurova. Pero es un amor en la distancia. Casi podría decirse que platónico.

Yilmaz nunca ha engañado a Müjgan y siempre ha intentado estar a la altura como marido y padre, pero su mujer no le ha puesto las cosas fáciles. Es complicado mantener el tipo cuando vives una vida que no es la que habías soñado con una mujer que no es la mujer a la que amas y, encima, esa mujer no hace más que dudar, sospechar, acusar y reprochar todos y cada uno de tus gestos y movimientos.

Müjgan ha cometido el error de centrar toda su ira, todo su rencor, toda su rabia, todo su odio en Züleyha y no se ha dado cuenta de que con su actitud, lejos de alejar a Züleyha de su vida, lo único que consigue es alejar a su marido.

Y lo peor es que Müjgan ya ha perdido por completo el control de sus actos. Su decisión de enviar la grabación a los Yaman provocó el caos. Demir acabó en el hospital y Züleyhaen la cárcel. Pero Müjgan no se siente responsable. Porque Müjgan ha llegado a tal punto de autovictimización que es completamente incapaz de razonar y ver la realidad tal cual es.

Y Behice se ha aprovechado de esa inestabilidad emocional de su sobrina. Müjgan ha caído en su propia trampa. Ella que tantos (falsos) engaños creyó ver, cayó en un engaño que puede tener catastróficas consecuencias para Züleyha y también para ella.

Demir, el ego herido

Behice ha atacado a Züleyha por ambición, Müjgan por celos y ¿Demir? Demir también ha pasado la fase de los celos como Müjgan y también ha visto fantasmas, mentiras y engaños a cada paso. Pero ahora mismo no son los celos los que mueven sus actos.

Demir es ahora mismo un animal herido en su orgullo. Él, el todopoderoso Demir Yaman. Él, el hombre absoluta y completamente enamorado de Züleyha. Él, el hombre que toleró descubrir que su mujer amaba a otro hombre. Él, el hombre que aceptó a su primogénito aun sabiendo que no es su hijo. Él, que hizo tantas concesiones, que perdonó tantas mentiras, ha colmado ya el vaso de la paciencia.

La grabación ha sido la espita por la que ha salido toda la rabia acumulada. Y nos ha mostrado su peor cara. Demir podría divorciarse de Züleyha y poner fin a esa pesadilla llamada matrimonio, pero eso sería admitir que no ha conseguido enamorar a su esposa y, además, supondría despejarle el camino a Yilmaz.

Y si Demir Yaman no es feliz, sus enemigos tampoco lo serán. Y hace lo más ruin que se puede imaginar. Alejar a una madre de sus hijos. Demir no atiende a razones ni a emociones. Demir quiere que Züleyha sufra y ha encontrado la fórmula perfecta para hacerla completamente desdichada. ¿Habrá algo o alguien que lo haga recapacitar?

Hunkar, ¿hada madrina o bruja del cuento?

A Hünkar es complicado definirla. De ella hay mucho bueno que decir, pero también hay bastante malo en su currículum.

En este momento es la mejor aliada de Züleyha. Sabe que no quiere a su hijo, pero aún así la apoya como nuera y, sobre todo, la comprende como madre. En los últimos tiempos nadie ha hecho más por Züleyha que Hünkar. No solo le llevó a sus niños a la cárcel todas las veces que pudo, sino que, además, no dudó en destruir las pruebas que podrían ser determinantes en su juicio. Y es el Pepito Grillo particular de Demir, No hay momento, conversación o discusión en la que no le recrimine su actitud.

Hünkar es una mujer de principios, de familia, de tradición y no va a tolerar que las cosas no se hagan como ella quiere que se hagan.

Eso sí, tampoco podemos perder de vista que prácticamente todos los problemas que está teniendo Züleyha son consecuencia de los actos de Hünkar. No podemos ni debemos olvidar que fue la matriarca Yaman quien provocó el matrimonio de Demir y Züleyha y, como suele decirse, de aquellos polvos vienen estos lodos.

Ahora mismo Hünkar está mostrando su mejor cara. La de la suegra solidaria y la abuela preocupada, pero ¿volveremos a ver a la matriarca más interesada en defender su patrimonio y honor que en el bienestar y felicidad de los suyos? Veremos una vez más a esa mujer que siempre consigue aquello que se propone. Quiso que Züleyha se casase con Demir y lo logró. Quiso que Adnan llevase el apellido Yaman y lo consiguió. Quiso salvaguardar Çukurova y lo está consiguiendo. ¿Será capaz de doblegar la rígida actitud de su hijo?

Yilmaz, la esperanza

Hünkar, Demir, Müjgan, Behice… Todos se han encargado, en mayor o menor medida, con más o menos éxito, de causar dolor a Züleyha. Todos han tomado y ejecutado decisiones que han lastimado a Züleyha. Porque Züleyha ha vivido una auténtica pesadilla desde que llegó a Çukurova.

Ya queda muy poco de aquella muchacha que llegó a Çukurova de la mano del hombre de su vida, dispuesta a formar una familia y un hogar, aunque fuese viviendo con el miedo de que su pasado en Estambul los alcanzase. Ya queda muy poco de aquella humilde modista que se convirtió en la señora Yaman.

Solo hay una cosa que permanece inalterable. Su amor por Yilmaz.

Su relación ahora mismo es casi tan imposible como cuando creyó que estaba muerto. Apostar por su relación sería renunciar por completo a sus hijos y ese es el único precio que Züleyha no está dispuesta a pagar.

En cuanto a Yilmaz, sigue también igual de enamorado que cuando mató a un hombre por proteger a Züleyha. Ha hecho cuanto ha podido por mantenerse lejos de Züleyha, pero no ha renunciado a soñar. Es consciente de su responsabilidad como padre, pero también tiene claro que puede ser un buen padre de Ali Kerem sin necesidad de ser marido de Müjgan.

Yilmaz ha aceptado la distancia de la separación porque Züleyha se lo ha pedido, pero ¿qué pasaría si supiera que Adnan es su hijo?

Züleyha ha sufrido mil y un problemas. La han lastimado por activa y por pasiva.La han acusado y defendido injusta y justamente. Ha tomado buenas y malas decisiones.

¿Ha llegado ya su punto de inflexión? ¿Ha llegado al límite de su sufrimiento o seguirá inmersa en ese bucle de dolor? ¿Ha llegado el momento de recuperar la sonrisa o seguirá bañada en lágrimas?

En resumen, ¿hay esperanza para Züleyha o está condenada a vivir momentos amargos en esta 'Tierra amarga'?